El funeral del alcalde de Gdansk tensa la política en Polonia

Adamowicz era miembro del principal partido de la oposición en Polonia

Pawel Adamowicz, el alcalde asesinado EFE

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Miles de polacos han visitado en el Centro Europeo de la Solidaridad de Gdansk la capilla ardiente del que fuera alcalde de la ciudad, Pawel Adamowicz , apuñalado el pasado lunes por un exconvicto durante un acto benéfico popular. El presidente de Polonia, Andrzej Duda, decretó luto oficial en memoria del político de la oposición, de 53 años, y las banderas han permanecido a media asta en todos los edificios públicos. La sociedad civil ha respondido con la suspensión de eventos masivos de entretenimiento, como conciertos y actos deportivos durante el periodo de duelo nacional y se espera un multitudinario apoyo a la familia durante el entierro, mañana sábado, cuando el féretro será trasladado en una comitiva hasta la basílica de Santa María de Gdansk y tendrá lugar el funeral. Tanto Duda como el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, han confirmado su asistencia a las exequias.

Pero mientras todo esto sucedía en el plano real , en las redes sociales se desbocaba una carrera de odio en la que multitud de usuarios lanzaban insultos y amenazas, tanto a la víctima y sus partidarios como a su agresor y todos los que apoyaban el asesinato. Hasta el punto que la policía polaca ha detenido a tres personas acusadas de delito de odio en las redes sociales por haber, por ejemplo, expresado su deseo de que «mueran más políticos liberales» o por haber emitido mensajes de «felicitación» al asesino.

Adamowicz era miembro del principal partido de la oposición en Polonia, la fuerza liberal de centroderecha Plataforma Ciudadana, y alcalde de Gdansk desde 1998, donde este otoño consiguió la reelección con el 65 % de los votos. Había encabezado varias campañas a favor de los refugiados y contra las polémicas reformas emprendidas por el Gobierno polaco, en manos del partido Ley y Justicia (PiS). Aunque todo apunta a que el asesino de Adamowicz es un desequilibrado que no actuó, inicialmente, por motivación política, lo cierto es que el alcalde de Gdansk ya estaba en la diana de las críticas de los sectores más reaccionarios de la sociedad polaca y las redes sociales han juzgado por su cuenta y emitido veredicto. Son muchos los usuarios que acusan del asesinato a la «retórica radicalizadora» del PiS. Muchas voces justifican tal acusación recordando iniciativas muy polémicas como la del grupo de ultraderecha Juventud Polaca, que hace un año emitió un certificado de defunción falso para once alcaldes liberales, entre ellos el asesinado Adamowicz, y entre las causas de las muertes simbólicas enumeraba el «liberalismo, multiculturalismo y la estupidez».

Respecto a los tres detenidos, el ministro de Interior Joachim Brudzinsk se ha referido a ellos como a «trolls de internet con problemas mentales», advirtiendo que su departamento tendrá «cero tolerancia» con cualquier expresión de odio como las expresadas por los tres arrestados. Y el asesino, por cierto, que dejó de tomar su medicación semanas antes de salir de la cárcel, se ha declarado inocente, pese a que perpetró el delito en lo alto de un escenario, frente a cientos de personas y con las cámaras de televisión como testigos.

«Pido a todos los ciudadanos que respeten este duelo nacional », ha tratado de hacer amainar la tormenta digital el presidente de Polonia, Andrzej Duda, recordando que las diferencias ideológicas no han impedido que ciudadanos y políticos de todas las orientaciones, encabezados por la plana mayor del Gobierno se sumen a los actos en recuerdo del alcalde de Gdansk.

El PiS, por su parte, ha pedido a los polacos no adelantar conclusiones precipitadas sobre el asesinato y ha hecho un llamamiento a la unidad nacional frente a los intentos de politizar la tragedia . «No conseguirán darle la vuelta a la realidad. Adamowicz se ha convertido ahora en un símbolo de la falta de unidad de la sociedad polaca porque hay una Polonia que no está dispuesta a consentir que las cosas sigan así», ha protestado el opositor Rafal Pakowski, de la organización Nunca Más, «lo que es necesario es que el PiS reflexiones sobre su responsabilidad en el clima político tóxico que sufre Polonia». Algunos medios polacos han establecido paralelismos entre el asesinato de Adamowicz y el de Gabriel Narutowicz, el dirigente de izquierda de la Polonia de entreguerras, a manos de activistas de la extrema derecha en 1922.

«El asesinato del alcalde de Gdansk muestra que hemos cruzado el Rubicón como sociedad», considera el redactor jefe del diario «Rzeczpospolita», Boguslaw Chrabota , quien cree que Polonia debe abordar seriamente «una lucha sistemática contra el odio» en la que todos los sectores de la sociedad deben asumir su responsabilidad. «Se que no es un fenómeno exclusivo de nuestra sociedad, que se repite en muchos otros países democráticos, la temperatura asciende lentamente y nos adormece, corremos el peligro de llegar a un punto de cocción que irreversible, por eso digo que es muy necesaria una reacción».

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