El Eurogrupo pacta las bases del futuro presupuesto común
Será presentado en la próxima cumbre pero no se sabe aún cómo se financiará
Los ministros de Economía y Finanzas de la Eurozona ( Eurogrupo ) necesitaron quince horas de negociaciones para acordar las líneas maestras, las «características principales» de lo que tal vez acabe siendo en el futuro un presupuesto para la zona euro . No se piensa todavía en una fórmula equivalente a lo que son los presupuestos nacionales, sino que será un instrumento pensado para financiar reformas estructurales y apoyar ciertas inversiones públicas para intentar acelerar la convergencia entre las distintas economías de la zona euro. El proceso a su vez dotaría a la moneda única de un respaldo político e institucional que a medio plazo se considera imprescindible. También podría actuar como elemento preventivo en caso de que se produzcan en el futuro nuevas turbulencias económicas.
Los ministros tuvieron que cerrar el acuerdo en la noche del jueves al viernes en Luxemburgo, para poder cumplir el encargo de los jefes de Estado o de Gobierno, que les habían encargado que estableciesen un primer paso para que ellos lo analicen en la cumbre del euro que está prevista para la semana que viene al mismo tiempo que el Consejo Europeo del día 21.
Eso explica que los ministros presentasen una propuesta de presupuesto que no define ni siquiera de dónde provendrá el dinero, que es la pregunta más importante, ni aclara tampoco cómo y quién lo gestionará.
El comisario de Asuntos Económicos, el francés Pierre Moscovici , que es un optimista reconocido, admitió que aún falta mucho para poder ver los contornos de este proyecto. «A algunos les gusta ver el vaso medio vacío y a otros medio lleno, lo cierto es que queda mucho trabajo que cubrir y sólo hemos dado pocos pasos, eso es cierto de algún modo. Y son pasos hacia un presupuesto de la eurozona».
Por su parte, el presidente del Eurogrupo, el portugués Mario Centeno , explicó que lo que se ha acordado es «una amplia lista con las principales características y ahora tenemos por delante mucho trabajo para cerrar los elementos pendientes y poner todo en su lugar. Sin embargo, esto se puede considerar un paso adelante».
La parte institucional y técnica de un presupuesto para la zona euro plantea grandes problemas jurídicos , porque si se vincula a las instituciones de la UE y al actual presupuesto comunitario hay que definir cómo afecta a los demás países que todavía no están en la zona euro. Según los tratados, todos los países deberán utilizar algún día el euro como moneda oficial, salvo Dinamarca. El Reino Unido también tenía una exención de esta obligación, aunque sería irrelevante el caso de que se consume su retirada de la UE.
La existencia de un presupuesto es el principal instrumento para la gestión de una moneda, que en estos momento solo está en manos del Banco Central Europeo . Los Gobiernos han llegado poco a poco a la conclusión de que se necesita un instrumento político diferente para consolidar el euro como una moneda completa y no solamente como la divisa de una suma de economías heterogéneas.
Más cesión de soberanía
Hace tiempo que desde Bruselas se reclama a algunos países que gasten menos para controlar su déficit y a otros como Alemania, que aumenten el gasto con su excedente para ayudar a dinamizar a las economías vecinas. Si la Comisión Europea tuviera un presupuesto propio podría llevar a cabo sus propias políticas.
El problema es que ello sería una nueva concesión de las soberanías de los países miembros a las instituciones comunitarias, lo que no siempre es fácil o incluso posible. Hay países como Holanda que insisten en que se necesitan salvaguardas que eviten que ese presupuesto sirva para tapar los errores que puedan cometer gobiernos manirrotos y España, sin embargo, ha bloqueado por ahora la imposición de condiciones similares a las que se han establecido en el caso de los rescates.
Así que los ministros han cubierto el expediente, han dado un pasito más simbólico que otra cosa que pueden presentar la semana que viene al Consejo, cuyos miembros probablemente se limitarán a pedirles que sigan negociando.
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