Submarino argentino

«Entra agua de mar por el sistema de ventilación», el último mensaje del San Juan sale a la luz

La filtración de una comunicación del submarino argentino, muy preciso sobre los riesgos que corría, demuestra que la Armada «suavizó» la primera versión oficial

Vídeo: La armada argentina confía que el submarino hundido esté en situación de "supervivencia extrema"
Carmen de Carlos

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La Armada argentina quedó en una situación incómoda al filtrarse, palabra tras palabra, un parte de comunicación sobre el submarino ARA San Juan. La versión aterciopelada, difundida originalmente, se convirtió con la lectura del texto en un mensaje mucho más crudo que podía anticipar el escenario dramático que se haría realidad con el transcurso de los días. El portavoz de la Armada, el capitán Enrique Balbi , defendió la responsabilidad y prudencia, en especial con las familias de la tripulación, en los sucesivos comunicados y aclaró que, cuando se tuvo confirmación del «evento corto, violento, no nuclear, coincidente con una explosión» lo hicieron público sin demora.

«Ingreso de agua de mar por sistema de ventilación al tanque de batería número 3 ocasionó cortocircuito y principio de incendio en el balcón de barra de baterías. Baterías de proa fuera de servicio al momento en inmersión propulsando con circuito dividido. Sin novedades de personal. Mantendré informado». El mensaje, del mismo miércoles 15 de noviembre en que desapareció el San Juan, habla sin eufemismos de fuego, confirma las filtraciones de agua por el periscopio y observa –como anunció la Armada– que la nave siguió operativa, sin problemas con la tripulación y navegando con las baterías de la parte posterior (popa) al quedar anuladas las de proa.

«Tranquilamente –observó Balbi– se puede seguir navegando a Mar del Plata (destino del San Juan) con el circuito dividido». Dicho esto, lamentó la «filtración» y defendió la primera versión oficial que hablaba de «problemas de comunicación» porque en ese momento «era lo que teníamos confirmado», reiteró. «Mientras fallan las comunicaciones –añadió– no hay que alertar a nadie, ni preocupar a los familiares», insistió. En esa línea, fue explícito al afirmar que ellos no están «para sembrar alarma» sino que actúan con prudencia y notifican hechos confirmados.

Las baterías

En rigor, el mensaje de las bases militares no contradice los comunicados de la Armada, pero da una precisión que la Fuerza inicialmente había evitado deliberadamente por las razones mencionadas. Desde el principio del siniestro las miradas se posaron en las baterías, unos bloques rectangulares enormes. Responsables de la propulsión , sin ellas el submarino se convierte en un peso muerto que, como parece que sucedió, cae a plomo al fondo del mar . Éstas suelen tener una duración corta y, en la puesta a punto, expresión eufemística para hablar de reparación y actualización del San Juan, no se repusieron por unas nuevas.

La intervención de «media vida», finalizada en 2014 , se redujo a «un replacado» (acondicionamiento) y a « la reparación integral de cada una de las 960 bujías que hacen funcionar al submarino». Las irregularidades en todo el proceso de mantenimiento del submarino desembocaron en una causa judicial donde, entre otras anomalías, se denuncian sobreprecios. En el caso concreto de las baterías, llama la atención que no se comprasen nuevas cuando la diferencia de precio era mínima . Ante las versiones de que el submarino estaba en malas condiciones por esa adquisición, Balbi aseguró: « Cualquier batería nueva o replacada, cuando le entra agua de mar, entra en bajo aislamiento y puede producir un cortocircuito y generar ese humo. Pero se puede continuar con el circuito dividido», reiteró.

En este contexto, también se conoce ahora que el juez federal Norberto Oyarbide , el mismo que dio carpetazo a las denuncias de enriquecimiento ilícito del matrimonio Kirchner , archivó en su día la causa judicial de corrupción en el San Juan y otros submarinos de la Armada argentina.

Marineros, no técnicos

El exsuboficial José Oscar Gómez –destinado entre 2004 y 2008 en los Astilleros Domecq García y Tandanor, donde se reparó, entre otros, el ARA San Juan– presentó la causa judicial. Gómez se querelló contra la cúpula de la Armada que encabezaba por entonces el almirante Jorge Godoy, un grupo de oficiales y miembros de la Administración anterior, al advertir que se c ontrataban empresas para realizar labores de mantenimiento de la flota que, en verdad, realizaban marineros . Gómez, jefe de Seguridad en los astilleros, insiste estos días en que «estuve ahí, no me lo contó nadie». Fue destituido en 2010 y dado de baja en la Armada durante la gestión de Nilda Garre al frente del Ministerio de Defensa.

El despliegue internacional de dieciocho países , en el que también participa España , para localizar y rescatar los restos del San Juan continúa sin novedades. «Cuarenta mil personas colaboran» por tierra, mar y aire. El capitán Balbi recordó que «hay veintitrés buques y doce aviones» a disposición de este operativo.

Ayuda exterior

Las principales unidades tácticas son de Estados Unidos (cuatro aviones y un escuadrón de rescate de submarinos), Reino Unido (dos buques y un Hércules), Brasil (cuatro barcos con un rompehielos incluido y dos aviones), Chile (un buque y un avión), Noruega (un buque), Canadá (un jet con equipamiento para generar oxígeno), Francia (submarino de rescate y un Falcon 50), Alemania (avión P3), Perú (un Fokker 60), Uruguay (avión B200) y Colombia (avión c-235). Rusia, con el buque Yantar, un avión Antonov 124 y el sumergible Pantera Plus está convencida de que lo va a localizar. El Pantera Plus es un dispositivo similar a un submarino de pequeñas dimensiones con capacidad para descender hasta mil metros por control remoto.

Si logra localizar el lugar exacto ( la búsqueda ahora quedó reducida a 4.000 kilómetros cuadrados de superficie, antes eran 500.000), sería otro minisubmarino, el Módulo de Rescate Presurizado estadounidense (PRM, por sus siglas en inglés) el que podría rescatar al submarino argentino. Siempre y cuando la nave no esté a más de «seiscientos metros, según el manual», matizó el portavoz de la Armada. En caso de localizarse a mayor profundidad, el destino eterno del ARA San Juan, sus 43 tripulantes y Eliana Krawczyk , la primera mujer oficial submarinista, sería el fondo del Océano Atlántico.

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