EE.UU. apoya la acusación de Israel a Irán y sentencia el acuerdo nuclear

Pompeo garantiza la «autenticidad» del plan secreto con el que Teherán «ha mentido»

El nuevo secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, ofrece declaraciones a los medios EFE
Manuel Erice Oronoz

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Estados Unidos prepara la ruptura unilateral del acuerdo nuclear. Pese a que Donald Trump, un jugador amante de la incertidumbre ajena, mantendrá en el aire su decisión hasta el 12 de mayo, la relación de hechos apunta a un desmarque oficial del pacto que suscribió la comunidad internacional con el régimen de Teherán en 2015. Ni la continua presión de los aliados europeos parece suficiente para convencer a Trump. La visita del secretario de Estado, Mike Pompeo, a Jordania y Arabia Saudí , para recabar apoyos en una nueva etapa de mano dura contra Teherán, antecedió a un cierre de filas con la contundente proclama israelí: «Irán ha mentido al mundo y el acuerdo nuclear está basado en esas mentiras». El programa nuclear secreto presentado por Benjamin Netanhayu parece firmar la sentencia de muerte del acuerdo nuclear.

Pompeo no dejó un resquicio a la duda. Su reacción a la denuncia del primer ministro israelí llamó la atención por su dureza. Reforzado por la improvisada rueda de preguntas que respondió a los periodistas en su avión de regreso a Washington, el comunicado del Departamento de Estado se mantuvo en sintonía con Netanyahu, incluidas algunas expresiones casi calcadas: «Irán ha mentido repetidamente a la IAEA (organismo atómico mundial). También mintió a los seis países que negociaron con ellos el acuerdo nuclear, pues en su contenido dice que, bajo ninguna circunstancia, Irán desarrollará o adquirirá nunca arma nuclear alguna. Lo que significa que está construido sobre mentiras». Esta última afirmación, pronunciada también horas antes por el gobernante israelí, parece abrir la puerta a una próxima ruptura estadounidense.

Treta habitual

La relación de argumentos del secretario de Estado concluye que el régimen del país persa «ha contado durante años con un programa nuclear secreto, que le ha permitido desarrollar armas nucleares y sistemas de lanzamiento de misiles». Y continúa asegurando que, a pesar de su compromiso escrito, «su vasto almacén nuclear se ha mantenido fuera del alcance de los inspectores de la Agencia Internacional para la Energía Atómica (IAEA, por sus siglas en inglés) y del resto del mundo».

La afirmación de Pompeo nos retrotrae a la realidad, reconocida por muchos expertos, de que la aplicación efectiva de cualquier programa de supervisión en un país como Irán encierra muchas dificultades. Hoy mismo, apuntó en esa dirección la exsecretaria de Estado Condoleezza Rice , quien habló por experiencia propia cuando recordó la treta habitual de los responsables del régimen iraní de «limpiar días antes de la visita los lugares que iban a inspeccionar los expertos enviados por el organismo correspondiente».

En el intenso estreno de Pompeo existe algún punto de confusión que los medios se encargaban HOY de reseñar. En otra de sus afirmaciones, Pompeo asegura que buena parte de lo desvelado ayer ya era conocido «desde hacía tiempo por Estados Unidos». Sin embargo, el pasado 12 de abril, el todavía director de la CIA y nominado para dirigir el Departamento de Estado declaraba ante el Comité de Exteriores del Senado que no tenía «evidencias» de que Irán hubiera incumplido el acuerdo nuclear. Una opinión expresada en idénticos términos en febrero por el director de la Inteligencia Nacional, Dan Coats, quien aseguró que con la información de que disponía, no podía afirmar que eso hubiera ocurrido.

Pese la aparente vía unilateral emprendida por Estados Unidos, con Israel como único interlocutor en plena sintonía, el secretario de Estado abre la puerta a un entendimiento con los demás aliados, incluidos los socios europeos. La reciente visita de Macron y Merkel a la Casa Blanca evidenció la existencia de una presión a Trump para que no rompa el acuerdo nuclear sin definir primero una alternativa. Un frente del que participa la premier británica, Theresa May. A la luz de la información desvelada por Israel sobre un supuesto plan nuclear secreto del régimen de Teherán, Pompeo se ha comprometido a «consultar con los aliados europeos y otros países cuál es el camino que debemos seguir». Aunque la exigencia reiterada por Trump de renegociar el actual acuerdo nuclear, tachado por él como «el peor que ha negociado Estados Unidos», choca con la común postura europea de no reabrir un peligroso melón. Si acaso, complementarlo con otro acuerdo que cubra las lagunas del anterior, como ofreció el presidente francés Macron, en un reconocimiento de que el actual pacto nuclear «está lejos de ser perfecto».

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