El control terrestre del programa Galileo se traslada a Madrid

Las instalaciones fueron construidas por el Ministerio de Defensa español y ofrecerá trabajo para al menos 80 personas

La Agencia Espacial Europea muestra a Galileo en la órbita REUTERS
Enrique Serbeto

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El pasado mes de enero, la Comisión Europea ya dio el primer paso para desconectar al Reino Unido de las infraestructuras terrestres de Galileo al trasladar desde Swanwick a San Martín de la Vega (Madrid) la sede del segundo centro de Supervisión de la Seguridad de Galileo (CSSG). Se trata de la infraestructura que controla desde tierra la seguridad del programa y su servicio público regulado. Su sede principal y operativa está en Francia, y la que se traslada a Madrid es la auxiliar , que actúa como unidad principal en caso de necesidad.

La comisaria de Industria, Elzbieta Bienkowska dijo entonces que esta decisión se había tomado en cumplimiento de la legislación europea y «para garantizar la continuidad de la actividad y preservar la seguridad del sistema Galileo». La sede ejecutiva de Galileo se encuentra en Praga . El sistema de posicionamiento europeo es operativo desde 2016 y tiene ya cientos de miles de usuarios en todo el mundo.

Las instalaciones de San Martin de la Vega han sido construidas por el Ministerio de Defensa, siguiendo las especificaciones de la Agencia Espacial Europea (ESA) para albergar el centro auxiliar de seguridad de Galileo , en el que se ha especificado que trabajarán al menos 80 personas . La infraestructura la ha tenido que aportar España, mientras que la Comisión Europea se encargará de los sueldos del personal. Serán los responsables de la agencia, en Praga, quienes decidirán cuantas personas estarán trabajando allí.

Además de España, otros cinco países (Bélgica, Eslovenia, Italia, Portugal y Rumanía) habían propuesto albergar estas instalaciones pero la Comisión optó por España, porque ofrecía mayores garantías de solidez en la construcción del proyecto y seguramente también por el hecho de que quería compensar el mal trago que supuso que Barcelona no recibiese a la Agencia del Medicamento, otro de los organismos europeos que tiene que dejar el Reino Unido por el Brexit, debido a las complicaciones causadas por los nacionalistas catalanes.

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