Con el cacahuete se hizo la luz en Argentina

Salvados por la cáscara de cacahuete. Suena raro o surrealista, pero esa es la verdad que evitó que Ticino, una localidad argentina de tres mil habitantes, no se enterara de que prácticamente el país en pleno y parte de Uruguay y Paraguay se quedaron sin energía eléctrica el pasado domingo.

Entre los cincuenta millones de afectados por el mayor apagón de la historia no estaba ningún vecino de esta localidad cordobesa (región central al noroeste de Buenos Aires) ni las industrias de sus alrededores. Una combinación de creatividad, inversión y fortuna impidieron que pasara lo peor. Dicho de otro modo, la Central Termoeléctrica Lorenzati y Ruetsch, que genera su propia energía a partir de cáscara de cacahuete, convirtió a los habitantes de la zona en privilegiados.

Según informa el diario La Nación, la planta tiene una capacidad de 5 MW que le permite abastecer a unos ocho mil viviendas . Comenzó a operar en agosto del pasado año, después de cerca de año y medio de construcción. La energía que produce, con su excedente, se vende al Sistema de Interconexión Nacional, pero ante situaciones de emergencia se puede suspender el suministro y focalizar éste en las viviendas de Ticino. Exactamente eso fue lo que hicieron el domingo.

La planta opera con « generación por biomasas » que, como explica La Nación, «incluye las etapas de acopio de los restos de maní, su traslado a la caldera donde se queman para obtener vapor de agua de alta presión. El vapor va a una turbina que produce energía mecánica de rotación que, con el acople a un generador, se trasnforma en energía eléctrica». Para producir 3 MW necesita unas cuarenta mil toneladas de cascaras, que, visto lo visto, no es un número tan difícil de conseguir. Córdoba es un enclave por excelencia del cultivo de cacahuete y Argentina su principal exportador del mundo. Para hacerse una idea de las dimensiones y pesos que manejan, el 95 por ciento de su producción se comercializa en el exterior.