El pulso del planeta

Bucear en un Boeing 747

Países como Turquía y Bahréin apuestan por hundir aviones en sus costas para atraer a submarinistas de todo el mundo y reflotar su industria turística

El Boeing 747, estrella del parque temático subacuático que inaugurará Bahréin en agosto ABC
Susana Gaviña

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Antiguos palacios, ciudades enteras, galeones o barcos de la II Guerra Mundial, todos ellos hundidos en los mares y océanos de los cinco continentes, han sido desde hace años destino para miles de apasionados por la historia, la arqueología subacuática y, sobre todo, por el buceo.

Estos Indiana Jones de las profundidades marinas invierten importantes cantidades de dinero para vivir una experiencia exclusiva (adentrarse entre los restos y la leyenda del Titanic cuesta alrededor de 90.000 euros ). De ahí que la industria del turismo y numerosos países, cuyas economías sobreviven gracias a él, hayan visto en este tipo de ocio una gran oportunidad que explotan a través de la recreación de todo tipo de hundimientos.

Primero fueron los barcos. Un ejemplo de ello es el parque temático creado en la costa de Portimao (Algarve) en 2013 por la empresa Ocean Revival, y para el que fueron sumergidos cuatro naves de la Armada portuguesa. El objetivo era doble: atraer el turismo de buceo y crear u n arrecife de coral artificial . Si bien este tipo de iniciativas pueden parecer invasivas, también sirven para regenerar la flora y fauna marina de la zona (en 1989 fue hundido en Palamós, Gerona, un barco de 40 metros de eslora para crear un biotopo marino).

Los barcos dieron después paso a los aviones, y esta parece haberse convertido en la tendencia de moda, en la que fueron pioneros países como Canadá o EE.UU. Turquía, con una industria turística golpeada por los atentados terroristas y por sus fluctuantes relaciones con Rusia (su mayor proveedor de visitantes), ha visto en este tipo de iniciativas una forma de reflotarlo. Su último hundimiento ha tenido lugar en la Bahía de Saros , en el noroeste de Turquía. Allí descansa ahora un Airbus 330 de 90 toneladas de peso. El país de Erdogan presume de que se trata del aparato más grande hundido hasta el momento para el turismo de buceo, en clara competencia con el Boeing 747 sumergido pocos días antes en Bahréin.

Este último, de 70 metros de largo, se convertirá en la estrella del mayor parque temático subacuático del mundo , según publicita la propia oficina de turismo del país, promotora del proyecto junto al Consejo Superior de Medio Ambiente -que respalda el compromiso ecológico con la zona- y empresas del sector privado. Ocupará 100.000 metros cuadrados y contará también con arrecifes de coral, esculturas y la réplica de una casa de un comerciante de perlas local.

El parque, situado a 30 kilómetros de las islas Amwaj, pretende atraer a buceadores de todos el mundo y reforzar la reputación de Bahréin como un importante destino turístico regional.

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