Bogotá denuncia la infiltración chavista en su protesta indígena

El Gobierno y la «minga» llegan a un acuerdo que pone fin a un mes de choques

Indígenas bloquean un tramo de la vía Panamericana, en el municipio de Santander de Quilichao (Colombia) EFE

Poly Martínez

Nicolás Maduro y su régimen podrán estar a oscuras, sin agua y sin medicinas y comida, pero les sobran los recursos para tratar de agitar el avispero en el vecindario en vez de invertir las energías en atender su propia crisis. El semanario más prestigioso de Colombia, habla en su última edición de un plan para infiltrarse en la protesta indígena, o «minga» , que tiene acosado al Gobierno de Iván Duque y en crisis la región sur del país.

La información casi se ha solapado con el acuerdo de paz alcanzado este fin de semana entre el Gobierno de Duque y las organizaciones indígenas, que bloquearon durante casi un mes la Vía Panamericana, que conecta el centro y el sureste de Colombia. El motivo de las protestas -derivadas en actos de violencia- son los acuerdos previos sobre inversión social y titulación de tierras de la «minga».

De acuerdo con la revista Semana, a partir de documentos que le fueron filtrados, el Consejo de Defensa de la Nación que asesora a Maduro le sugirió inmiscuirse en los asuntos internos de Colombia , como alentar la protesta de las comunidades indígenas. Echarle leña a este fuego con recursos y con infiltrados sería una manera de enfocar la atención del Gobierno colombiano lejos de la frontera, para desgastar su política antichavista. Además del riesgo a la seguridad nacional colombiana que conlleva -que algunos consideran hoy más vulnerable tras los acuerdos de La Habana- y que también ha sido desvelado en las últimas semanas.

Espionaje

Los infiltrados serían tanto militares venezolanos que aprovechan la frontera para pasar por desertores, como también miembros de inteligencia venezolana (unos 50 del Sebín estarían desde hace meses dando vueltas por distintas regiones colombianas), además de algún cubano enviado para recolectar información, servir de apoyo y vigilancia. A principios de marzo hubo también una serie de roces y la salida de nacionales venezolanos expulsados por Colombia bajo cargos de espionaje . En ese momento Juan Guaidó, el presidente interino de Venezuela, estuvo de gira por Colombia y otros países de la región.

En paralelo, 700 militares pasaron la frontera como desertores. Entre ellos se identificó a algunos cuyas historias no eran verosímiles y, además, una venezolana fue expulsada por actividades de espionaje. En ese momento se encendieron las alarmas y reforzaron los esquemas de seguridad de Colombia. Los organismos de inteligencia colombianos calculan en 15 millones de dólares el presupuesto destinado por Venezuela para promover o encargar actos de desestabilización en Colombia .

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