Biden parte como favorito pero con un partido radicalizado

En EE.UU. se espera que el ex vicepresidente demócrata presente hoy su candidatura

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Joe Biden lleva más tiempo haciendo campañas políticas que varios de los candidatos presidenciales demócratas sobre la faz de la tierra. El ex vicepresidente de EE.UU., segundo de Barack Obama en sus dos presidencias, tiene previsto presentar hoy su candidatura, una decisión que rumia desde hace años.

Biden representa una brecha en el partido demócrata que es algo más que generacional. Tiene 76 años -si sale elegido, será el presidente más viejo de la historia-, lleva más de 45 años en política, defiende un perfil centrista, es hombre y es blanco . Irrumpe en la campaña en un momento en el que la voz cantante de los demócratas la tienen las corrientes más izquierdistas y el electorado al que se corteja son los jóvenes, las mujeres y las minorías.

A pesar de ello, Biden arrancará como favorito inmediato. Encabeza todas las encuestas sobre intención de voto y es el nombre más reconocible entre la veintena de candidatos en las primarias demócratas. No será, sin embargo, un camino de rosas. Delante tiene a candidatos potentes que llevan varias semanas fajándose y ganando atención mediática. Entre ellos, hay nombres de peso como Bernie Sanders, con una organización electoral sólida heredada de las primarias de 2016 y con un discurso socialista-populista que ha calado en parte del electorado demócrata. También senadoras como Elizabeth Warren y Kamala Harris, que están lanzando propuestas agresivas y podrían retratar a Biden como demasiado moderado.

Se suma a ello la aparición de candidatos ilusionantes y jóvenes, con una propuesta renovada y optimista, fuera del establishment político que representa Biden: el ex diputado por Texas Beto O’Rourke y, sobre todo, Pete Buttigieg , un alcalde de Indiana que lo tiene todo: treintañero pero con éxito político, gay y cristiano, con experiencia militar y estilo educado.

Biden tendrá que enfrentarse a su pasado: en una carrera tan larga, ha protagonizado episodios que son inadmisibles en el clima político actual, como su papel en la confirmación del juez del Supremo Clarence Thomas, donde no favoreció las acusaciones de agresión sexual de Anita Hill. Ha pedido perdón por ello y por otras cosas, como ser demasiado afectivo y físico en su trato con las mujeres, pero quizá no sea suficiente.

Otra de las pegas es que parte con desventaja en la financiación electoral, un aspecto clave para las primarias: Sanders, por ejemplo, conserva el músculo financiero de 2016.

Las posibilidades reales de Biden tendrán que ver con cuál es la apuesta que quieren hacer los demócratas: un candidato que encarne las propuestas más de izquierdas que dominan en estos momentos al partido o un candidato que, en noviembre del año que viene, pueda evitar la reelección de Donald Trump.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación