La ausencia de una política europea estimula a las ONG

Solo dos barcos actúan en la zona por el bloqueo italiano y la «criminalización»

Un par de migrantes a bordo del Aquarius Reuters

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La nave Aquarius es hoy una de los dos embarcaciones de organizaciones no gubernamentales que actúan en el Mediterráneo central para ayudar en el rescate de barcos de inmigrantes que naufragan o se encuentran en graves dificultades en el mar. El Aquarius, gestionada por SOS Mediterranée y Médicos Sin Fronteras , se hizo especialmente célebre después de su rescate de 630 inmigrantes, que luego llegó a Valencia el pasado 17 de junio.

Durante varias semanas, el Aquarius estuvo en Marsella manteniendo consultas legales para decidir su nueva política de acción humanitaria, después del cierre de los puertos italianos a todas las naves que no llevaran bandera de Italia. Al final, el Aquarius decidió partir del puerto de Marsella el 1 de agosto hacia el Mediterráneo central con un objetivo: «Hasta que Libia no pueda ser considerado un lugar seguro, la Aquarius no hará desembarcar ninguna persona en puerto libio».

Decisivo fue lo que ocurrió con el remolcador italiano «Asso 28», una nave privada, que rescató a 101 inmigrantes y los desembarcó en Libia, una medida que las ONG y la agencia de las Naciones Unidas para los refugiados criticaron por considerar que Libia no era un lugar seguro y se violaban las leyes internacionales que garantizan a todos el derecho de pedir asilo.

El hecho de que en estos momentos solo haya dos naves de ONG en el Mediterráneo central se debe sin duda al bloqueo de sus puertos por parte del Gobierno italiano y a la falta de una política europea para dar una solución clara a casos como el de la nave Aquarius. Ha habido enormes dificultades para recolocar en diversos países europeos los inmigrantes salvados por los barcos de las ONG. La tripulación del Aquarius ha explicado así las razones que han llevado a algunos barcos de ONG ha abandonar momentáneamente su labor en el Mediterráneo: «Se ha producido una criminalización y bloqueo de las organizaciones humanitarias , lo que refleja un problema más grande, es decir, un sistema de asilo europeo que no funciona y el fracaso de los Estados miembros de la Unión Europea en recolocar a los que solicitan asilo al llegar a Europa».

Además del bloqueo de los puertos italianos, hay otra razón que las ONG consideran muy preocupante y que en buena medida les dificulta su actuación humanitaria. Se trata de la creación de un c entro de coordinación de socorro libio , al que, según el ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, se deben dirigir los barcos de las ONG.

Las organizaciones humanitarias no lo consideran fiable y no están dispuestas a desembarcar en ningún puerto libio. Además, SOS Mediterranée lamenta «la ausencia de un plan concreto a nivel europeo , lo que deja a las naves humanitarias en la incertidumbre». La consecuencia de todo ello es que, por primera vez en dos años de operaciones de rescate y socorro en mar, la Aquarius, según reconocen las ONG SOS Mediterranée y Médicos sin fronteras, «se ha visto obligada a estar atracada en un puerto (Marsella) durante largo tiempo, para poderse adaptarse, tanto en el plan estratégico, técnico y de la transparencia, con el fin de afrontar el nuevo contexto que se presenta en el mar Mediterráneo».

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