Atomwaffen Division: los nazis más violentos de EE.UU.

Cinco muertos en ocho meses se relacionan con un grupúsculo radical que se inspira en Hitler y Charles Mason

Policías junto a la discoteca Pulse, en Orlando, tras el ataque de un radical islámico que asesinó a 49 personas en junio de 2016 Afp
Javier Ansorena

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«Escucharéis más sobre nosotros en el futuro», aseguró Stephen Billingsley a mediados de junio de 2016 al diario local «San Antonio Express», después de protagonizar un incidente en la ciudad texana. Billingsley aseguró pertenecer a la organización AtomWaffen Division , y acababa de montarla en una vigilia por la matanza pocos días antes de la discoteca Pulse, en Orlando (Florida), un club gay en el que fallecieron 49 personas descerrajadas a tiros por un radical islámico. Billingsley se presentó en la vigilia con una careta de calavera y con un cartel denigrante: «Dios odia a los maricones».

Nadie conocía por entonces a Atomwaffen, quizá un grupo más de los cientos de organizaciones neonazis, supremacistas y «alt right» -el ultranacionalismo blanco de nuevo cuño- que se han multiplicado en los últimos años. «Esta es nuestra primera acción pública», dijo entonces Billingsley.

Año y medio después, Atomwaffen Divison es todavía una organización diminuta -los expertos calculan que tiene unos 80 miembros activos -, pero que ha demostrado una violencia desatada. En los últimos ocho meses, cinco muertes han sido relacionados con sus miembros.

La última ocurrió en enero el Condado de Orange, en California, donde un joven apareció muerto cosido a cuchilladas. Se trataba de Blaze Bernstein, un estudiante de 19 años, judío y gay . La Policía detuvo como sospechoso a Samuel Woodward, que fue compañero de instituto de Bernstein. Poco después, el portal ProPublica publicó un artículo en el que relacionaba a Woodward con Atomwaffen Division: había ingresado en la organización en 2016 y asistió a un campamento de entrenamiento de tres días en Texas «con el objetivo último de derribar al Gobierno de EE.UU. a través del terrorismo y la guerra de guerrillas».

Convertido al islam

Antes de ello, la violencia se cobró vidas dentro de la misma organización. En mayo del año pasado, Devon Arthurs, un miembro de Atomwaffen que se había convertido al islam y que se definía como un «salafista nacional socialista» , mató a dos de sus compañeros de piso, también vinculados a la organización neonazi. Al parecer, se habían mofado de su conversión religiosa. Brandon Russell, un cuarto joven también compañero de piso, fue detenido días después por la Policía, después de que se descubriera que guardaba materia para fabricar explosivos y que pretendía ejecutar un ataque terrorista.

Y el pasado diciembre, otro joven de 17 años vinculado a Atomwaffen mató a los padres de su novia y se intentó suicidar. Las víctimas habían descubierto que el atacante tenía ideología nazi y trataron de separarlo de su hija. El joven sobrevivió pero está en estado crítico.

La ideología de Atomwaffen es la habitual de los grupos neonazis que campean por EE.UU.: los blancos son una raza amenazada por otras minorías y por el dominio judío de las estructuras financieras y políticas. «La quiebra de la democracia y del capitalismo ha dado paso a los oligarcas y banqueros globales judíos, lo que ha resultado en el arriconamiento cultural y racial de la raza blanca», aseguran en su web. Se definen como «una organización revolucionaria nacional socialista centrada en el activismo político y en la práctica de un estilo de vida fascista autónomo». La diferencia es que Atomwaffen hace una apuesta radical por la violencia . Entre sus inspiraciones citan a Adolf Hitler , pero también a Charles Manson y reiteran que en su organización «no hay lugar para moderados y cobardes». Reniegan de la «guerra del teclado», en una reacción a la infinidad de activistas informáticos que difunden propaganda nazi y supremacista en las redes. Solo les interesa «aquellos dispuestos a echarse a la calle».

Atomwaffen podrían ser los más violentos de los grupos neonazis y «alt right» de EE.UU., pero no los únicos. Según los datos del Southern Poverty Law Center , el movimiento «alt right» ha inspirado ataques que se han cobrado 43 víctimas mortales y 67 heridos desde 2014. La mayoría de ellos, en el último año, coincidiendo con la llegada al poder de Donald Trump . Durante la campaña presidencial, el entonces candidato retuiteó mensajes de cuentas ultranacionalistas y titubeó al rechazar el apoyo de pesos pesados de este movimiento. Ya como presidente, tuvo una respuesta equívoca ante los incidentes raciales del verano pasado en Charlottesville (Virginia), donde dijo que dentro de los grupos de hombre blancos ultranacionalistas que marchaban con antorchas al grito de «los judíos no nos sustituirán» había también «gente buena».

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