Empieza en Hamburgo el congreso de la sucesión de Merkel al frente de los conservadores alemanes

A modo de campaña, los candidatos han salido de gira en las últimas semana, participando en ocho conferencias a escala regional para presentarse personalmente ante las bases

Angela Merkel, en una imagen de archivo EFE

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Tras 18 años al frente del partido, Merkel cederá la presidencia en este congreso de Hamburgo , en el que los conservadores alemanes decidirán entre la continuidad o un viraje a la derecha. Mientras los 1.001 delegados viajaban en dirección norte, para asistir al evento, el ex ministro de Finanzas y hoy presidente del Bundestag, Wolfgang Schäuble, ha expresado públicamente su respaldo a uno de los candidatos, al aspirante del ala derechista Friedrich Merz, en un acto muy significativo y criticado de inmediato por los círculos más cercanos a Merkel, cuya candidata preferida es Annegret Kramp-Karrenbauer . «Lo mejor para el país sería que Friedrich Merz lograra la mayoría», ha dicho Schäuble en declaraciones al diario conservador «Frankfurter Allgemeine Zeitung», un pronunciamiento claro sobre la cuestión por parte de quien es visto como una autoridad moral dentro de la CDU y antecesor de Merkel en la jefatura de la formación.

No es ningún secreto que Schäuble ha estado preparando la candidatura de Merz desde hace unos tres años . Merz fue jefe del grupo conservador en el Bundestag hasta 2002, dos años después de la llegada a la jefatura del partido de Merkel, quien le arrinconó, como a otros rivales internos o representantes del ala más derechista. Tras años fuera de las estructuras de la CDU, Merz presentó su candidatura solo unas horas después de que Merkel reconociese que no se presentaría a la reelección como presidenta del partido ni a un nuevo mandato como canciller al final de la presente legislatura, previsiblemente en 2021. Junto a Merz, de 62 años, aspiran a presidir la CDU la actual secretaria general del partido y representante de la vía continuista, la mencionada Annegret Kramp-Karrenbauer, de 56 años , y el ministro de Sanidad, Jens Spahn, de 38 años, si grandes posibilidades por sí mismo pero que puede resultar decisivo dependiendo a cuál de los dos anteriores decida entregar sus apoyos al final del proceso.

A modo de campaña, los candidatos han salido de gira en las últimas semana, participando en ocho conferencias a escala regional para presentarse personalmente ante las bases. El eje dominante de estas conferencias ha sido la política migratoria, donde Merz y Spahn han defendido una línea claramente más restrictiva que la canciller e incluso han cuestionado el Pacto Migratorio de la ONU. Kramp-Karrenbauer, haciendo equilibrios entre la defensa de la línea de Merkel y la necesidad de contener la inmigración ilegal hacia Alemania y acelerar las expulsiones, se ha presentado como una tercera vía al respecto. Las encuestas que circulan por los medios alemanes la siguen señalando como favorita, pero dentro del partido hacen mucho más ruido las huestes favorables a Merz.

En todo caso se espera que la CDU adopte tras el congreso un sello más conservador después del congreso y, en todo caso también, para Merz y AKK la votación del viernes será un «todo o nada». La secretaria general ha afirmado que no seguirá en ese cargo en caso de derrota, mientras que es improbable que su rival se reincorpore al partido tras su prolongada ausencia, si no es como jefe de la CDU y, por extensión, como siguiente candidato a canciller. Spahn, en cambio, tiene por delante toda una carrera, independientemente de la votación del congreso. De 38 años, entró en la gran coalición el pasado marzo , en un intento por parte de Merkel de incorporar a su equipo a un representante del sector derechista más crítico hacia su línea, especialmente en lo que respecta a la política migratoria. Tras declararse públicamente homosexual y católico, se ha hecho con un espacio propio entre las bases que capta apoyo tanto desde el ala más a la derecha como desde el centro.

Este congreso será además el de la despedida de Merkel, que genera en el partido tanto respeto por su legado como ansias de renovación. A principios de la década de 2000, la CDU era una formación política dominada por los hombres, moderadamente conservadora y algo aburrida, aunque garante del Estado, del europeísmo y con principios muy claros, según el politólogo Oskar Niedermayer, «la política económica liberal y la visión cristiana marcaban su rumbo en aquel momento, pero Merkel empujó el partido hacia la izquierda en lo político y en lo social, apartó a las familias masculinas que lo habían dominado desde la fundación y que desean ahora rehacerse con el control que les fue arrebatado».

Suceda lo que suceda en el congreso, los principales candidatos a la sucesión han garantizado que respetarán a Merkel en la Cancillería de Berlín hasta que termine la legislatura en 2021, dando tiempo al partido a renovarse por dentro y presentarse con solidez a las próximas elecciones. Ella por su parte ha prometido mantenerse al margen de lo que suceda en el partido y centrarse en las tareas de gobierno, por lo que la era Merkel sobrevivirá a la votación de Hamburgo.

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