François Hollande este viernes durante la declaración institucional
François Hollande este viernes durante la declaración institucional - EFE

Aluvión de críticas a la estrategia antiterrorista de Hollande

Numerosas voces denuncian que la tragedia de Niza se podría haber evitado si el presidente no se hubiera limitado a seguir su inercia política

París Actualizado: Guardar
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A la misma hora en que François Hollande, presidente de la República, lanzaba un llamamiento solemne a la «unidad de la nación» ante unas amenazas terroristas «más presentes que nunca», sus servicios de protección personal debían silenciar sucesivas manifestaciones espontáneas de protesta e insultos que salpicaron su visita oficial a Niza, tras la matanza de la noche del jueves.

Por vez primera en la historia reciente de Francia, la «unidad de la nación» quedó fracturada a las pocas horas de la matanza de Niza. Hollande intentó responder con rapidez, energía y determinación a la matanza. Presidió una reunión de trabajo con su primer ministro, Manuel Valls, y sus ministros del Interior (Bernard Cazeneuve) y Defensa (Jean-Yves Le Drian), confirmó la prolongación del estado de emergencia nacional y la presencia de cien mil soldados, gendarmes y policías en todos los puntos estratégicos del país. Viajó a Niza para recordar la solidaridad nacional con las víctimas de la matanza.

Volvió a recordar la importancia de unas amenaza siempre presentes «hoy y mañana».

Pero a toda hora, desde muy diversos medios, el presidente tuvo que soportar con estoicismo la lluvia ácida de unas críticas de rara brutalidad.

Ineficacia

A la misma hora en que Hollande presidía un consejo restringido de seguridad y defensa, en el Elíseo, uno de los grandes especialistas europeos en terrorismo, François Heisbourg, presidente del International Institute for Strategic Studies (IISS), en Londres, y de la Fondation pour la Recherche Stratégique (FRS), en París, un especialista de reputación internacional, comentaba la política antiterrorista de Hollande con esta frase cruel: «El estado de emergencia es ineficaz: lo prolongamos. El despliegue militar del Ejército ha confirmado sus límites: pues lo reforzamos. ¡Debemos revisar el contraterrorismo!».

Heisbourg ponía el dedo en la llaga, desvelada por el comité parlamentario que había redactado, hace meses, un informe muy duro sobre la «ineficacia y mal funcionamiento» de los servicios antiterroristas franceses durante 2015. Tras la matanza de Niza, el presidente de dicha comisión, Georges Fenech, declaraba a LCI (cadena de información permanente): «El atentado de Niza era previsible y pudo ser evitado, si el Gobierno hubiese tomado buena nota de las conclusiones de nuestra comisión, que terminaron a primeros de mayo. El informe de la comisión parlamentaria denuncia los fallos graves de nuestro sistema de lucha antiterrorista».

A juicio de Georges Fenech, exmagistrado, diputado conservador, independiente, las medidas anunciadas por Hollande, tras la matanza de Niza, «no están a la altura del drama en curso», por estas razones: «La prolongación del estado de emergencia no aportará nada nuevo. El despliegue de 10.000 soldados por las calles de las grandes ciudades solo tiene una «misión psicológica«, pero su eficacia antiterrorista es poco o nada útil, como se demostró con la matanza de Bataclan: los soldados presentes en la puerta de la sala ni siquiera pudieron disparar un tiro».

Un día antes de que Hollande declarase que «todo va mejor», durante su gran discurso a la nación, con motivo de la Fiesta Nacional del 14 de Julio, el alcalde de Niza y presidente de la región de Provenza, Alpes y Costa Azul, Christian Estrosi, había escrito al presidente pidiéndole «un gran plan de urgencia para dar a la policía de la Costa Azul los recursos imprescindibles para defender a nuestros compatriotas». Exigencia de la máxima autoridad política local, que no tuvo respuesta: la sangre comenzó a correr por las calles de Niza antes de que Hollande llegase a pensar en responder.

Mientras Hollande y sus ministros intentaban «serenar los espíritus» y dar muestras de solidaridad a las víctimas, reclamando unidad, las muestras de irritación proliferaban.

Gesticulación

Alain Juppé, ex primer ministro, candidato conservador a la Presidencia de la República, el político conservador más popular de Francia, reaccionaba a la matanza y el comportamiento de Hollande y su gobierno de este modo: «Si se hubiesen adoptado todas las medidas necesarias, el drama de Niza hubiera podido evitarse. El Gobierno socialista se pasa el tiempo gesticulando, sin tomar las medidas policiales que era urgente tomar».

Una parte del PS reacciona con estupor contra las críticas que se suceden contra la política antiterrorista de la pareja Hollande-Valls. Sin embargo, la comisión parlamentaria que ha censurado la política de seguridad nacional –víctima de su «balcanización» y carente de «unidad operacional»– estaba integrada por diputados conservadores y socialistas, al alimón.

Desde la izquierda socialista y las familias ecologistas, comunistas y de izquierda radical, tampoco se escuchan voces sensibles a la «unidad nacional». Bien al contrario, a juicio de personalidades como Jean-Luc Mélenchon, ex presidente del Frente de izquierdas, o Noël Noël Mamère, líder ecologista, la política económica de la pareja Hollande-Valls es culpable de la división fratricida de las izquierdas.

Rosario de divisiones con un coste económico grave. Los atentados terroristas del 2015 costaron a Francia 2.000 millones de euros, la seguridad de la Eurocopa y la matanza costarán varios centenares de millones de euros,

La gran polémica tras la matanza de Niza ha trascendido más allá de las fronteras políticas tradicionales. Una célebre presentadora de televisión, Laurence Boccolini, hizo público la tarde del viernes un agrio comentario personal contra Hollande, que dice así: «¿Estamos en guerra? ¿Contra quién? ¿Contra quién están en guerra nuestros hijos y nuestras familias? Si estamos en guerra, señor Hollande, el salario de su peluquero personal, 9.985 euros mensuales, ha dejado de ser un problema nacional esta mañana…».

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