La ONU advierte de que Alepo puede convertirse en otra Srebrenica o Ruanda

Alerta además de que si continúan con los bombardeos indiscriminados la ciudad quedará destruida en poco más de dos meses

JERUSALÉN Actualizado: Guardar
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Staffan de Mistura no se rinde y quiere detener los combates en Alepo “porque si el nivel de destrucción continúa, si no hay un gran cambio: Alepo, o al menos la parte oriental quedará totalmente destruida en dos meses o dos meses y medio". El tercer enviado especial de la ONU a Siria desde el inicio de la guerra, tras Kofi Annan y Lajdar Brahimi que dejaron sus puestos superados por la situación, advirtió que “la única cosa que no estamos listos para hacer es ser pasivos, resignarnos a otra Srebrenica, a otra Ruanda, una posibilidad que tristemente somos capaces de reconocer delante de nosotros" y se mostró dispuesto a ejercer de “escudo humano” de los milicianos del Frente Fatah Al Sham, a los que pidió que abandonaran sus posiciones en esa parte de la ciudad.

La ONU calcula que unos 900 hombres de este grupo, que hasta el verano se llamaba Frente Al Nusra y era el brazo oficial de Al Qaida en Siria, luchan en Alepo y De Mistura les aseguró que “si decidierais marcharos, en dignidad con vuestras armas, a Idlib o cualquier otra parte a la que queráis ir, yo personalmente estoy dispuesto, físicamente dispuesto, a acompañaros".

La presencia del Frente Fatah Al Sham y su liderazgo sobre el resto de grupos armados es el argumenta principal esgrimido por Rusia y Siria para justificar la ofensiva lanzada el 22 de septiembre para reconquistar la segunda ciudad del país, partida en dos desde el verano de 2012. Tras casi dos semanas de bombardeos, que han dejado 376 civiles muertos, un tercio de ellos niños, y más de mil heridos, según los datos ofrecidos por la ONU, el Ejército del presidente Bashar Al Assad avanza como no lo había hecho en estos últimos cuatro años y en las últimas horas se ha hecho con el control de la mitad del céntrico distrito de Bustan al Basha, informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), que lo calificó como “el avance más importante” de la guerra en una zona oriental en la que sobreviven unas 276.000 personas, según los datos de la ONU.

De Mistura preguntó abiertamente a Siria y Rusia “si realmente pretenden continuar con el nivel de destrucción en su ofensiva en Alepo, porque a este paso destruirán toda la ciudad, con el supuesto objetivo de acabar con mil yihadistas". El diplomático tiene la respuesta en Homs o en el cinturón rural de Damasco, donde tras meses de duros bombardeos y cercos militares, las tropas leales a Assad lograron la rendición de los grupos armados y aquellos milicianos que se negaron a abandonar las armas fueron trasladados a la provincia de Idlib. Después, muy poco a poco, comenzaron a regresar los civiles. En Alepo, las autoridades sirias, con el respaldo firme de Rusia, operan con la misma estrategia de desgaste.

Atentado de Daesh

El gran ausente de la batalla por Alepo es Turquía, que tras años de respaldo a los grupos opositores, ha cambiado de estrategia para cooperar con Rusia. Las prioridades de Ankara son ahora evitar que los kurdos de Siria formen una región autónoma en su frontera y limpiar la zona del grupo yihadista Daesh, que reapareció con un atentado en el paso fronterizo de Atmeh en el que murieron al menos 21 milicianos del Ejército Sirio Libre (ESL). Los yihadistas difundieron un comunicado en el que reivindicaron que uno de los "soldados del califato" detonó el cinturón de explosivos que llevaba encima en medio de un grupo de combatientes sirios "supervisados por EE.UU.". El ESL cuenta con el respaldo de Ankara y avanza en el norte de Siria de la mano de las tropas turcas que participan en la operación Escudo del Éufrates.

La escalada de violencia en Alepo ha eclipsado a la guerra contra el califato y ha roto la cooperación entre Washington y Moscú, un entendimiento que fue capaz a mediados de septiembre de lograr un alto el fuego de una semana. Pese al desencuentro, las dos potencias tratan de dar la imagen de que mantienen abierta la puerta al diálogo y los rusos anunciaron que el presidente, Vladímir Putin, visitará Francia el 19 de octubre para tratar con su colega francés, François Hollande, entre otros temas, la situación en Siria.

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