Theresa May, ayer en Londres
Theresa May, ayer en Londres - REUTERS

May acusa a los inmigrantes de castigar los servicios públicos

Vuelve a prometer reducir la inmigración a cien mil al año, algo que incumplió en Interior

CORRESPONSAL EN LONDRES Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

En el programa electoral con que ganó las elecciones en 2015, David Cameron prometió reducir la inmigración neta anual al Reino Unido a cien mil personas. La promesa se incumplió por todo lo alto. Por ejemplo, en el último año han sido casi el triple: 273.000. La encargada de controlar a inmigración no era otra que Theresa May, durante seis años ministra del Interior.

Al tratarse de una promesa a todas luces irrealizable, se esperaba que May la apease en su campaña actual, y más con la holgadísima ventaja que goza ante el depauperado Corbyn (22 puntos por delante, según un nuevo sondeo del laborista «The Guardian»). Sin embargo este lunes, en un acto electoral en la localidad londinense de Harrow, ha reiterado la promesa: «Creo que es importante que continuemos diciendo que tenemos que bajar la inmigración a niveles sostenibles, que creo que son cien mil al año».

May, que poco a poco ha ido adoptando un tono no muy lejano al que empleaba el UKIP de Farage, acusó también a los inmigrantes de causar un impacto sobre los servicios públicos y los británicos de bajos salarios. También pidió un mandato «fuerte», como el que ha recibido Macron, para defender al Reino Unido en las negociaciones del Brexit.

A pesar de lo que sostiene la propaganda brexitera que ganó el referéndum y domina el Partido Conservador, lo cierto es que llegan al Reino Unido más inmigrantes que el resto del mundo que de la UE, que supone el 44% del total. Además, los empresarios y los bancos de la City han reiterado que necesitan que se siga admitiendo a inmigrantes europeos cualificados. Los comunitarios son también claves en la agricultura británica, la sanidad pública y la asistencia social y la hostelería.

«Los hermans Marx»

May en realidad acude a las elecciones del 8 de junio sin competencia, por eso adelantó los comicios: no podía encontrar un rival más débil que el actual Corbyn, difuso, radical, inane en el debate del Brexit y desconectado delas clases medias. El Partido Laborista se ha enredado en una nueva polémica innecesaria a costa de Marx, bien aprovechada por los tories. El domingo, John McDonnell, la mano derecha de Corbyn y su hombre para la economía, declaró en la BBC que «hay un montón que aprender de ‘El Capital’», el ensayo comunista de Carlos Marx. La frase desató polémica, a pesar de que McDonnell ya se declaró en su día como «un marxista que no se va a disculpar por ello».

Preguntado Corbyn por las palabras de su compañero, el líder laborista calificó a Marx de gran economista. A los tories les ha faltado tiempo para ridiculizar a McDonnell y Corbyn llamándolos «los hermanos Marx».

Lo cierto es que los conservadores han manipulado la frase de Corbyn, pues en su respuesta dijo que los laboristas «aprendían de todos los grandes economistas» y explicó que «aunque no soy un gran intelectual, he leído a Marx, Adam Smith [el padre del liberalismo] y David Ricardo».

Ver los comentarios