El nuevo líder talibán, el mulá Mansur
El nuevo líder talibán, el mulá Mansur - afp
Afganistán

División entre los talibanes por la sucesión del fallecido mulá Omar

Los partidarios del nuevo líder, el mulá Mansur, y los del mulá Manan, el hermano de su predecesor, al que ven como legítimo líder, pugnan por el poder en el grupo radical islamista

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Los talibanes están divididos entre los que apoyan al nuevo líder, el mulá Mansur, y los que hubieran preferido al mulá Manan, hermano del fallecido. «Designar al nuevo líder desde fuera del país y por gente que reside fuera de Afganistán es y siempre ha sido un error histórico garrafal», ha dicho según Reuters Mohammed Tayab Agha, un alto cargo de los radicales y una de las voces discordantes con la elección del nuevo líder.

Al mulá Mansur, nuevo líder y antiguo colaborador de su predecesor de Omar, se le acusa de ocultar la muerte de éste, que según múltiples fuentes internacionales ocurrió hace dos años.

Varias figuras relevantes de la cúpula talibán han expresado su malestar por esta ocultación y, según Reuters, insinúan que Mansur ha estado preparando su elección como sucesor desde la muerte del antiguo líder, actuando como líder en la sombra.

A pesar de este supuesto plan en la sombra, al menos una facción de los talibanes apoya firmemente a Manan como el legítimo líder, según ha informado la BBC.

«La familia del último Amir-ul Momineen (Príncipe de los Creyentes) tienen intención de invitar a una concurrencia de miembros del consejo, la comunidad ulema y figuras nacionales para tratar el nombramiento de un nuevo líder», reza un comunicado publicado por EFE y atribuido a la familia de Manan y el antiguo líder, que confirmaría la existencia de fuertes divisiones entre las facciones.

Proceso de paz en peligro

Los talibanes se encuentran inmersos en un proceso de paz para poner fin a la guerra que iniciaron con los atentados en Nueva York del 11 de septiembre de 2011.

La división entre los insurgentes pondría en peligro las conversaciones para conseguir la paz, ya difíciles con un Gobierno afgano que se niega a reconocer a los talibanes como algo más que «un grupo armado», según EFE. Si las divisiones existentes desembocasen en una fractura de facto, la paz podría verse retrasada indefinidamente.

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