Protestas de partidarios prochinos junto al Parlamento de Hong Kong
Protestas de partidarios prochinos junto al Parlamento de Hong Kong - efe

Hong Kong vota su reforma electoral para elegir a su jefe ejecutivo en 2017

Esta propuesta, publicada en agosto del año pasado, fue el detonante de la revolución de los paraguas

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Esta mañana se ha iniciado en Hong Kong el proceso de votación de la reforma electoral marcada por Pekín para la elección del próximo jefe ejecutivo del territorio en 2017. Esta propuesta, publicada en agosto del año pasado, fue el detonante de las mayores protestas civiles en la historia del país y dio origen a la conocida como Revolución de los Paraguas, en la que decenas de miles de personas ocuparon las calles de Hong Kong durante 79 días.

En la actualidad, los habitantes de Hong Kong no tienen derecho a elegir su propio jefe de gobierno, sino que éste es elegido por un comité de 1.200 personas. La reforma electoral prevista por el Gobierno Central sí permite el sufragio universal, pero lo limita a dos o tres candidatos elegidos por un comité «ampliamente representativo», lo que un sector de la población no acepta por considerarlo un falso derecho al voto.

Sin embargo, recientes encuestas realizadas muestran que existe una amplia división entre los que aceptan este sistema de «Una persona, un voto» y los que lo consideran insuficiente.

En medio de fuertes medidas de seguridad y miles de partidarios del «sí» y el «no» apostados durante horas en los exteriores del complejo legislativo, los diputados electos debatieron durante horas la reforma. La número dos del Gobierno Carrie Lam declaró que los pandemócratas, que se oponen a la reforma, deberían hacer caso a la opinión pública: «En mis visitas a los distritos he visto un enorme deseo de la gente por poder votar, y se debería respetar su opinión». Del mismo modo, consideró la reforma como un paso adelante en el camino al sufragio universal: «Es un punto de partida para seguir dando pasos en el futuro». De rechazarse la propuesta, la elección del Jefe Ejecutivo en 2017 seguiría en manos únicamente del comité.

Por su parte, los miembros del partido demócrata califican la reforma de fraude y la rechazan por no ser «verdadera democracia» al tiempo que consideran que aprobarla significaría caminar hacia «un país» y alejarse de los «dos sistemas».

En las últimas semanas los miembros de los distintos partidos contrarios al Gobierno han sufrido fuertes presiones, tanto por parte de los parlamentarios pro Pekín (uno de ellos llegó a escribir en su página de Facebook que las autoridades deberían investigar a aquéllos que votasen no) como desde el Gobierno Central. Horas antes de la votación, el «People's Daily», diario portavoz del régimen, apelaba a la «estabilidad y la prosperidad económica del territorio» para sugerir a los parlamentarios su voto a favor de la reforma.

Pero las presiones van mas allá. Kenneth Leung, miembro del partido demócrata, aseguró haber recibido una llamada la noche anterior instándole a abstenerse en la votación, y la semana antes el social demócrata Leung Kwok-hung aseguró a la prensa haber recibido una suculenta cantidad económica a cambio del SÍ en la votación de hoy.

El asunto es controvertido, ya que CY Leung y su gobierno necesitan el apoyo de 2/3 de la cámara para aprobar la reforma, lo que supone que al menos cuatro de los diputados que ya públicamente manifestaron su intención de rechazar la propuesta cambien de opinión a la hora de la votación.

Tras la primera jornada, veinticinco parlamentarios hicieron uso de la palabra, de los cuales 16 se posicionaron en contra de la propuesta gubernamental. Mañana a las 9 de la mañana se reanudará el debate, y se estima que la votación final tenga lugar a eso de las cinco. Entonces se sabrá si todos mantuvieron su palabra o alguno sucumbió a la presión. Mientras, miles de personas pasarán la noche acampados a las afueras del LegCo en una reedición, por unas pocas horas, de la Revolución de los Paraguas.

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