Los accesos al ordenador de Nisman tras su muerte se debieron a un error de software

Los supuestos accesos al ordenador del fiscal argentino Alberto Nisman que se produjeron horas después de su muerte fueron un error del sistema operativo, según las pruebas periciales informáticas realizadas por los investigadores, han informado este jueves medios locales.

Según fuentes de la investigación consultadas por los diarios «Página 12» y «Tiempo Argentino», las supuestas conexiones USB simultáneas que se produjeron en torno a las 20.00 horas (medianoche en España) del pasado 18 de enero se debieron a un fallo de actualización de la versión de Windows instalada en el dispositivo del fiscal, fallecido en circunstancias aún no aclaradas.

Después de que la prensa local filtrase que se habían producido 60 accesos USB al ordenador de Nisman varias horas después de la hora calculada de su muerte y antes del descubrimiento del cadáver por parte de la madre, la fiscal de la causa, Viviana Fein, había confirmado que existían esos registros y señalado que quedaba por determinar si eran reales, fallos o manipulaciones.

Los especialistas informáticos que trabajan tanto para la investigación oficial como para la querella, encabezada por la exmujer de Nisman, Sandra Arroyo Salgado, determinaron que las supuestas conexiones no existieron sino que se trata de un error, habitual del sistema operativo.

Los expertos continúan aún el peritaje de los dispositivos tecnológicos que pertenecían a Nisman, con lo que las conclusiones definitivas de esta parte de la investigación se demorarán varias semanas.

Este miércoles le fueron entregados a la fiscal Fein los informes de criminológicos realizados por las distintas partes de la causa -sobre detalles del lugar de la muerte como la trayectoria de las manchas de sangre-, que se unirán a las conclusiones de la junta médica que analizó los datos forenses sin llegar a conclusiones definitivas.

Además, los investigadores registraron ayer martes el vehículo de Nisman, aparcado aún en el complejo donde vivía el fiscal, en el lujoso barrio de Puerto Madero de Buenos Aires.

Nisman era el fiscal en la causa sobre el atentado contra la mutua judía AMIA, que dejó 85 muertos en 1994, y su muerte se produjo por un disparo en la cabeza, en su domicilio, cuatro días después de denunciar a la presidenta Cristina Fernández por supuesto encubrimiento a terroristas iraníes.

A punto de cumplirse cinco meses de la muerte, el caso continúa estancado y hay fuertes divergencias entre la investigación oficial y la encargada por la ex mujer de Nisman y querellante en la causa, Sandra Arroyo Salgado.