Fotografía sin fechar cedida por NSA que muestra su sede en Fort Meade
Fotografía sin fechar cedida por NSA que muestra su sede en Fort Meade - efe

El Senado de EE.UU. aprueba limitar el acceso de la NSA a datos telefónicos

La nueva ley prevé que en seis meses la NSA deje el almacenamiento de los datos a las compañías de telefonía

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El Senado ha debatido este martes la llamada USA Freedom Act, la nueva ley que debe sustituir a la polémica Patriot Act. Esta última ley expiró el domingo por la noche ante la ausencia de acuerdo político para seguir permitiendo que la Agencia de Seguridad Nacional ( NSA) almacene los datos de todas las llamadas que se realizan en Estados Unidos. Horas después del debate Barack Obama promulgó dicha ley.

El Senado de EE.UU. debatió sobre el espionaje de la NSA y aceptó que sea la USA Freedom Act, consensuada en la Cámara de Representantes y acorde con los planteamientos de Barack Obama, la que regule el espionaje de la NSA, en lugar de intentar restituir con alguna modificación la Patriot Act, ley que tras el 11-S de 2001 dio un amplio mandato a esa agencia dedicada a la interceptación de comunicaciones.

La tramitación de la USA Freedom Act fue aceptada por 83 senadores frente a 14. Luego se produjo el debate sobre enmiendas, que fueron rechazadas.

La nueva ley establece que los «metadatos» de las llamadas telefónicas (números de teléfono, usuario, hora y lugar; nunca se archivaron las conversaciones) ya no los guarde la NSA sino las compañías de telefonía. La NSA podría tener acceso a los mismos con autorización de los tribunales especiales que atienden asuntos de inteligencia, en el caso de investigaciones específicas.

Lo que algunos senadores republicanos pretendían era establecer mayores garantías para el trabajo de la NSA. Así, una enmienda solicitaba ampliar el tiempo de transición, de medio año a un año, previsto para el cambio de manos de los «metadatos», con el fin de permitir que las compañías telefónicas acondicionen lo necesario para el almacenaje de información. El director de la NSA, Mike Rogers, había declarado que con seis meses era suficiente.

Una iniciativa más controvertida planteaba bloquear la previsión de la nueva ley de desclasificar decisiones importantes tomadas en los tribunales secretos, en los que se decide autorizar o no el acceso a los datos telefónicos.

El demócrata Jerrold Nadler, uno de los forjadores del consenso en torno a la nueva ley alcanzado en la Cámara de Representantes, advirtió que bloquear esa disposición supondría volver al «secretismo» que precisamente se quería combatir. Por su parte, la dirección republicana en la Cámara de Representantes consideró que la introducción de enmiendas sustanciales al texto en el Senado podría reabrir las discrepancias entre partidos cuando al día siguiente la ley volviera a la cámara baja.

El portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, pidió que el Senado no entrara «en un juego de enmiendas», para que la aprobación de la legislación no se demore más.

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