Rousseff recibe de manos del presidente del Tribunal Supremo Electoral el diploma oficial que la acredita para gobernar a partir del próximo 1 de enero
Rousseff recibe de manos del presidente del Tribunal Supremo Electoral el diploma oficial que la acredita para gobernar a partir del próximo 1 de enero - efe

La carrera de Dilma Rousseff por perder peso antes de jurar como presidenta de Brasil

Según informa un periódico de Sao Paulo, la candidata del Partido de los Trabajadores se ha propuesto llegar con trece kilos menos a su ceremonia de toma de posesión

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La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, reelecta para un segundo mandato de cuatro años, el pasado mes de octubre, está siguiendo una dieta estricta, en la que ya perdió cuatro de los 13 kilos que quiere eliminar hasta su ceremonia de toma de posesión, para la que faltan sólo diez días.

«Voy a adelgazar 13 kilos y ya adelgacé cuatro», le habría dicho Rousseff a un asesor a comienzos de diciembre, según el diario «Folha» de Sao Paulo. Con humor, el diario brasileño dice que Rousseff está más preocupada con su dieta que con el «peso de los gastos en las cuentas públicas», bastante criticadas durante su campaña. La dieta presidencial también se ha vuelto asunto entre brasileños que bromean en redes sociales con lo que llaman del «Proyecto Verano» de Rousseff.

El asesor le habría comentado al diario que Rousseff será una «sílfide» en el día de su pose, una mujer esbelta y graciosa, o un espíritu elemental del aire, según el diccionario de la RAE. La presidenta brasileña estaría tan entusiasmada con la dieta, que se la recomienda a todos sus amigos y asesores subidos de peso. Según la misma fuente, Rousseff llega incluso a mostrarles a algunos su nevera en el Palacio del Planalto, donde guarda los platos congelados que anda comiendo.

Sugerencia de sus ministras

La dieta de Rousseff fue sugerida por sus ministras, Miriam Belchior, de Planificación, y Eleonora Menicucci, de Políticas para las Mujeres, que frecuentan la clínica del endocrinólogo argentino Máximo Ravenna, muy de moda en Brasilia La chef de la presidenta, Andréa Munhoz, prepara los platos siguiendo las instrucciones del médico, que incluyen una sopa caliente como entrada, para ayudar a saciar el apetito. La dieta de Rousseff rompe con alimentos como la harina blanca, los dulces y los carbohidratos. Munhoz visitó la clínica de Ravenna para definir el mejor menú para la mandataria que, según dicen, no ha caído en tentación alguna. En eventos oficiales, Rousseff manda a los mozos alejarse de ella cuando pasan con cualquier cosa que esté fuera de su dieta, lo que provoca las risas de sus invitados.

La brasileña también ha vuelto a hacer las caminatas a las que acostumbraba en el pasado y que son su actividad física favorita. Durante la campaña presidencial, Rousseff dejó de hacer ejercicio y se alimentó muy mal durante semanas, fuera de horas, comiendo lo que podía, en general pastas y comida árabe. Esto contribuyó a su aumento de peso.

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