La tragedia oculta del barco que salvó heroicamente a los supervivientes del «Titanic»

Nacho Montero, autor de «Los diez del Titanic», desvela a ABC la epopeya del «Carpathia», el navío que rescató a las víctimas de la tragedia del «Buque de los sueños»

El hundimiento del «Carpathia» Vídeo: Desmienten la teoría del incendio de Titanic
Manuel P. Villatoro

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La catástrofe del « Titanic » no terminó el 14 de abril de 1912 , cuando se fue a pique con 1.500 almas en su interior. Ni mucho menos. Aquella noche comenzó una tragedia que se extendió durante muchas horas y en la que los pasajeros y los tripulantes del bajel no fueron los únicos cuya vida cambió de forma drástica. Así lo atestiguaron otros protagonistas como el capitán del « Carpathia », Arthur Rostron . Y es que, este oficial tuvo el triste honor de convertirse en todo un héroe tras ser el primero en arribar a la zona de la catástrofe.

Tras horas de búsqueda, Rostron logró rescatar a siete centenares de personas y llevarlas de regreso a Nueva York. Toda una gesta que hizo que el « Carpathia » se ganase un hueco en todos los diarios de la época. No obstante, seis años después este buque volvió a salir en los medios. Aunque, en este caso, por una causa bien distinta. «Tras aquella gesta, en 1918, fue tristemente hundido por un submarino alemán, el U-55 », explica a ABC Nacho Montero , coautor (junto a Javier Reyero y Cristina Mosquera de « Los diez del Titanic. La conmovedora historia de los españoles que vivieron aquel viaje único », Lid Editorial).

1-¿Quién era Arthur Rostron?

Arthur Rostron era un capitán con 27 años de experiencia. Un marino que, para su suerte, no había tenido que atender una llamada de emergencia como la del « Titanic » hasta la noche del 14 de abril de 1912. Era, en definitiva, un oficial con muchísima experiencia y sumamente diligente en todo lo que hacía. De hecho, le llamaban « la chispa eléctrica » porque acometía todas las tareas que recibía a máxima velocidad y de forma muy competente.

2-¿Cómo recibió el «Carpathia» la llamada de socorro del «Titanic»?

Casi por casualidad. Todo ocurrió cuando su radiotelegrafista, Thomas Harold Cottam (un joven que tenía un porvenir muy grande debido a que había atesorado mucha experiencia a pesar de su corta edad) estaba a punto de irse a dormir. Él solía acostarse a medianoche y, aproximadamente a las 12 y 25, comenzó a desvestirse para ponerse el pijama. Lo curioso es que no se quitó los cascos mientras lo hacía para seguir recibiendo mensajes por radio. En ese momento escuchó varios cablegramas dirigidos al « Titanic » y, a continuación, la señal de socorro del « Buque de los sueños »: « ¡Venid todos! ¡Nos hundimos! ».

Cottam se comunicó entonces con su amigo Phillips , el radiotegrafista del «Titanic», y le preguntó por las coordenadas en las que se hallaba el barco. Después, a eso de las 12 y 35, se dirigió a la cabina de Rostron, que estaba recostado sobre la cama descansando, y le informó de lo que le había pasado al barco de la « White Star Line ». Ambos calcularon que se hallaban a 58 millas náuticas del lugar de la tragedia.

3-¿Qué hizo Rostron?

El capitán ordenó dirigirse de forma inmediata hacia el «Titanic». Además, organizó una maquinaria de salvamento perfecta. En cuestión de minutos reestructuró todo el barco para acometer la crisis que se venía encima.

Lo primero que hizo fue reunir un gabinete de crisis en el que participaron desde los maquinistas, hasta los oficiales. A todos ellos les dio órdenes precisas sobre lo que debían hacer.

Al jefe de máquinas, por ejemplo, le ordenó despertar a todos los fogoneros y llevarles a sus puestos para que pusieran el barco a toda máquina. Además, y como era necesario llegar cuanto antes hasta el «Titanic», limitó el uso de la energía para que toda ella se destinase a los motores. Cortó por ello el agua caliente, disminuyó la iluminación del barco al mínimo...

4-¿Pudo haber llegado antes hasta el «Titanic»?

No. Aunque el capitán era eficiente y rápido, tampoco era un temerario. Rostron sabía que no podía poner en peligro a su tripulación y, a pesar de que ordenó dirigirse lo más rápidamente posible hacia el «Titanic», también estableció que había que hacerlo con cierta cautela para evitar los icebergs que podía haber en la zona.

Rostron instó a los vigías a estar muy atentos para detectar posibles icebergs. Hay que tener en cuenta que, aunque las tripulaciones recibían formación para distinguir témpanos de hielo, no era habitual encontrarse con ellos en los viajes. Algunos barcos no se habían topado jamás con un iceberg.

Arthur Rostron

5-¿Planificó Rostron la recogida de los supervivientes?

Sí. Durante el viaje planificó al milímetro qué hacer cuando se encontrasen con el «Titanic». Él estaba convencido de que estaría todavía a flote porque conocía la pericia del capitán Smith . Confiaba por ello en que hubiese evitado el hundimiento.

Pero, a pesar de todo, organizó a los médicos del «Carpathia» y estableció varios puestos para atender a los heridos en los comedores. En cierto modo tuvo la suerte de que, aunque su barco podía acomodar a 2.500 pasajeros, en ese trayecto apenas había 800. Es decir, que estaba liberado para dar cabida a los supervivientes del «Titanic».

Es llamativo que, a pesar de la tragedia, Rostron tuvo que organizar el rescate dividiendo a los supervivientes en primera, segunda y tercera clase . Aquello era parte de la estricta política de clases de la época. Eso le obligó a reorganizar totalmente el pasaje. Al final, el capitán terminó cediendo su camarote y las cabinas de sus oficiales a los pasajeros de mayor categoría. Otras zonas como la biblioteca o los salones de fumadores fueron preparados para las clases más bajas.

Reconocimiento al capitán Rostron en la embajada del Reino Unido Nacho Montero

6-¿Cuándo llegó el «Carpathia» a la zona de la catástrofe?

A las cuatro de la mañana, después de tres horas y media navegando, llegó a las coordenadas que les habían facilitado. En ese momento apagó los motores para evitar dañar los botes salvavidas del «Titanic» que hubiese en el agua y para escuchar los posibles gritos de ayuda. En principio no vio nada, pero a los pocos minutos se percató de la ubicación de uno de los lanchones gracias a una bengala verde.

7-¿Cuándo comenzaron a subir al «Carpathia» los primeros supervivientes?

Diez minutos después de la llegada de Rostron. Fueron los pasajeros del bote 2, y lo hicieron por la banda de estribor. La primera superviviente en poner un pie en el «Carpathia» fue Elizabeth Walton Allen.

Nacho Montero, en la exposición sobre el Titanic en Madrid Chema Pascual

8-¿Habló con ella Rostron?

Lo primero que hizo fue interrogar al oficial al mando del bote, Boxhall . Lo hizo porque necesitaba saber dónde estaba el «Titanic», si había más supervivientes... La conversación que ambos mantuvieron ha pasado a la historia. Rostron le preguntó si el «Titanic» se había hundido y cuántas personas había en él. El oficial le respondió: « Cientos y cientos. Quizá mil. Quizá más ».

Poco después empezó a amanecer y Rostron vio un espectáculo que, de no ser por la magnitud de la tragedia, habría sido precioso. Ante sí apareció un campo de icebergs iluminado por el sol. Así, llegó a la conclusión de que, si el «Titanic» no hubiese chocado contra ese témpano de hielo, lo habría hecho contra otro de los muchos que había. Las labores de rescate continuaron.

9-¿Había españoles en los botes?

Sí. En el 8 por ejemplo. En él se encontraban María Josefa Peñasco y Fermina Oliva , su dama de compañía. La doncella se había salvado casi por casualidad. Ella misma explicó que no la habían dejado embarcar en principio en el bote pero que, cuando este se hallaba a metro y medio bajo la cubierta, la empujaron como si fuera un saco y cayó en él por casualidad.

Fermina afirmó después que, en el momento del rescate, el bote se movía mucho y que los supervivientes pensaban que se hundiría antes de llegar al « Carpathia » por culpa del terrible oleaje. Por suerte, a eso de las seis de la mañana se pegaron al barco y empezaron a subir. También contó que el estado de todos ellos era deplorable. Ella misma estuvo enferma varios meses por culpa del frío.

10-¿Fue sencillo subir a los pasajeros al «Carpathia»?

Ni mucho menos. Algunas personas eran muy robustas y era sumamente difícil elevarlas hasta el «Carpathia». Además, muchos supervivientes estaban entumecidos por el frío y no podían moverse. Rostron suponía que eso podía pasar y había preparado para ellos agua, mantas y hasta licor. El capitán puso, a su vez, a toda la tripulación de su barco (unas 300 personas) a disposición de los pasajeros del « Titanic ». Además, cedió su cabina a la Condesa de Rothes y a varias mujeres más. Todas ellas se lo agradecieron mucho.

Imagen de archivo del Carpathia

11-Otro caso que narra en su obra es el del bote número 9...

En él viajaban los catalanes Julián Padrón y Emilio Pallas . Emilio se había lanzado sobre el bote desde la cubierta del «Titanic» y, al caer, se había roto una pierna. Julián le había escondido bajo el asiento para evitar que le arrojasen al agua debido a sus heridas.

Lo curioso es que, como Emilio no podía moverse y era muy corpulento, tuvo que ser alzado hasta el «Carpathia» con unos cabos ubicados bajo las axilas. Aquello era algo que se solía hacer con las mujeres. A los niños, por el contrario, se les subía metidos en una gran bolsa.

Cuando subió al « Carpathia », Emilio fue tratado por el médico que Rostron había asignado para los pasajeros de su clase. Y es que, hasta en eso había diferencias.

12-En «Los diez del Titanic» afirma también que Rostron tuvo problemas para rescatar el bote 12.

Sí. Fue uno de los más problemáticos porque en él había 75 personas. Según los testigos, estaba tan cargado que su línea de flotación estaba a pocos centímetros del agua. En él iban Asunción y Florentina , las compañeras de viaje de Julián y Emilio . Al final, y a pesar de que se zarandeaba constantemente, los supervivientes fueron rescatados.

13-¿Cuándo se retiró el «Carpathia»?

Rostron solo aceptó marcharse del lugar de la tragedia cuando apareció un segundo barco, el « Californian », y su capitán le garantizó que él se haría cargo de los supervivientes que pudiera haber. Para entonces, la tripulación del «Carpathia» ya había rescatado a más de 700 personas y había subido a cubierta 13 de los botes salvavidas del «Titanic».

Bote salvavidas del Titanic Nacho Montero

14-¿Hacia dónde llevó a los supervivientes?

Esa fue la decisión más difícil de tomar. ¿Hacia dónde ir? Había varias posibilidades. Una era continuar el viaje programado hasta Europa, el destino inicial, y descargar a los supervivientes en las Azores . Sin embargo, Rostron lo descartó porque no había suficientes víveres en el barco. La segunda opción era regresar al puerto más cercano: el de Halifax . Finalmente, decidieron partir de vuelta a Nueva York . La decisión la tomó con ayuda de Bruce Ismay , presidente de la « White Star Line », que había sobrevivido al desastre del « Titanic » y estaba siendo tratado con calmantes después de la tragedia.

15-¿Qué se hizo con los supervivientes en esas primeras horas?

En esas primerísimas horas de la mañana, Rostron intentó que los supervivientes se encontraran lo mejor posible. La tripulación les ofreció incluso consuelo. Posteriormente, al medio día, comenzaron las labores de identificación de los nuevos pasajeros. Se entrevistó a cada uno de ellos para saber su nombre, el lugar al que se dirigían, si tenían familiares... Toda esa información quedó registrada y se retransmitió por telégrafo.

Usando como base esa información, los pasajeros fueron clasificados por clases y enviados a una zona concreta del bajel. Algunos, por falta de espacio, acabaron durmiendo en el suelo de cubierta.

Uno de los múltiples reconocimientos públicos al capitán Rostron Nacho Montero

16-¿Qué fue de nuestro querido Cottam?

Se vio obligado a trabajar muy duro. Se vio desbordado porque recibió cientos de mensajes en los que se le pedía información sobre los supervivientes y la tragedia. La prensa también se interesó mucho e intentó conseguir declaraciones exclusivas. El «New York Times», por ejemplo, desplazó por primera a multitud de reporteros hasta el puerto para cubrir la noticia.

Uno de los mensajes más llamativos que tuvo que enviar fue el de María Josefa Pérez , una de las supervivientes españolas. Aunque su marido, Víctor , se había despedido de ella porque no le habían dejado subir a ningún bote salvavidas, durante el viaje de vuelta estaba obsesionada con la posibilidad de que pudiera haberse salvado. En las horas siguientes, envió un telegrama a la embajada española preguntando si había noticias de su esposo. Lógicamente, no obtuvo respuesta.

El Carpathia, junto a un iceberg

17-En su obra afirma que el «Carpathia» recibió un triste apodo...

Fue llamado el « barco de la trist eza» o el « barco de las viudas » porque la mayor parte de los supervivientes eran mujeres que habían perdido a sus maridos.

18-¿Impactó la noticia del hundimiento del «Titanic» en Nueva York?

Fue un duro golpe. Cuando el «Carpathia» llegó a Nueva York, había 30.000 personas esperándole a pesar de que llovía. Además, fue acompañado en los últimos metros por medio centenar de veleros, pequeños vapores y remolcadores. Para los españoles que habían sobrevivido fue algo sumamente impactante.

19-¿Qué sucedió con el «Carpathia» tras aquella heroica actuación?

Seis años después de aquella gesta, y cuando estaba a punto de acabar la Primera Guerra Mundial , fue tristemente hundido por un submarino alemán, el U-55. La tragedia sucedió mientras hacía funciones de buque de transporte entre Liverpool y Boston. Fue el 17 de julio de 1918, y tras recibir el impacto de tres torpedos.

El Carpathia, en puerto

20-¿Fue Rostron un héroe?

Sí. De hecho así fue reconocido por los propios supervivientes. Su profesionalidad no se puede poner en duda. Actuó de forma totalmente ejemplar y logró mantener los nervios templados a pesar de la catástrofe gracias a que tenía a sus espaldas muchísimos años de navegación. De hecho, la decisión de acudir hasta el «Titanic» la tomó sin consultar previamente con su naviera, la « Cunard », entonces rival de la «White Star Line».

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