Nikolai Yezhov: el verdugo sin rastro

Fue el brazo ejecutor de Stalin como jefe del NKVD en la brutal represión de los años 30. Ejecutó a 700.000 y detuvo a casi dos millones de personas. Desempeñó un papel esencial en los procesos de Moscú. Tras ser destituido, fue acusado de traición y fusilado en 1940. El régimen le borró de las fotografías oficiales

Stalin, en una imagen de la década de 1930 ABC
Pedro García Cuartango

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Nikolai Yezhov , cuyo rastro fue ocultado por el estalinismo, ha pasado a la historia por dar su nombre a la llamada yezhovchina, la brutal represión que sofocó la revuelta de los campesinos en Ucrania en los años 30. Se calcula que diez millones de personas murieron de hambre a causa de la política de colectivización de las cosechas.

Yezhov, como comisario de Seguridad y jefe del NKVD , la policía política, fue desde 1934 a 1938 el brazo de Stalin en las purgas que provocaron la detención de cerca de dos millones de personas, acusadas de actividades contrarrevolucionarias, de las cuales unas 700.000 fueron ejecutadas.

El verdugo del sanguinario tirano tuvo el mismo final que sus víctimas. Tras ser relegado durante un año al cargo de comisario de Transporte Marítimo, fue detenido en secreto en abril de 1939, junto a todos sus familiares. Internado en la siniestra cárcel de Sujanovka, reservada para los enemigos del pueblo, fue condenado a muerte en enero 1940 tras ser torturado. Bajo coacción, firmó un acta en la que reconocía ser espía, haber intentado organizar un golpe de Estado, haber asesinado a dirigentes del partido y haber cometido actos de sodomía. Sólo lo último era verdad.

Fue fusilado e incinerado tras rechazar Stalin su petición de clemencia. Sus cenizas fueron arrojadas a una fosa común en el cementerio de Donskoi. Y sus huellas fueron borradas por el régimen. Yezhov, al que apodaban el Enano Sangriento, se convirtió en el hombre que nunca existió. Como testimonio, queda una foto tomada en 1937 junto a Stalin y Molotov en el canal del Volga que fue manipulada tras su caída en desgracia. Su figura fue eliminada de esa imagen.

Yezhov se había adherido al partido cuando trabajaba de obrero metalúrgico, como su padre, en las fábricas Putilov de San Petersburgo. Servicial y educado, fue ascendiendo peldaño a peldaño hasta que en 1930 Stalin se fijó en él y le nombró jefe de la oficina de personal del Partido Comunista.

Su gran salto se produjo en 1934 cuando Stalin le encargó la investigación del asesinato de Sergei Kirov . Poco a poco Yezhov fue ganando poder en el aparato de Seguridad hasta desplazar a Yagoda, el responsable del NKVD, que fue destituido por el caudillo georgiano tras ser acusado de permitir la infiltración de traidores en la organización. Por aquella época, Yezhov era invitado a las cenas del círculo íntimo de Stalin en su dacha de las afueras de Moscú.

A partir de 1935, cuando Yezhov fue promovido al Comité Central, se convirtió en el instrumento de su jefe en las purgas conocidas como los procesos de Moscú. Testimonió contra Zinoviev, Kamenev y Bujarin, a los que acusó con pruebas inventadas. Luego tuvo un importante papel en la depuración del Ejército y la ejecución del mariscal Tujachevski. Y también dirigió la represión contra los imaginarios trotskistas. Stalin le utilizó para sus venganzas políticas hasta que decidió convertirle en el chivo expiatorio de su feroz represión y borrarlo de la historia.

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