Segunda Guerra Mundial

Geli Raubal: la obsesión sexual de Hitler con su sobrina que acabó en tragedia

Geli Raubal, una bella joven de 23 años que el mismo «Führer» definió como su gran amor, se disparó al corazón poco después de haber mantenido una discusión con su medio tío

Geli y Hitler ABC / Vídeo: El misterioso suicidio de la sobrina y amante de Hitler
Manuel P. Villatoro

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«Es verdad, amo a Geli y quizá podría casarme con ella; pero como bien sabe usted, estoy dispuesto a permanecer soltero. Por tanto, me reservo el derecho a vigilar sus relaciones masculinas hasta que descubra al hombre que le convenga». Con estas palabras admitió Adolf Hitler a su fotógrafo personal, Heinrich Hoffmann , la obsesión secreta que sentía por su medio sobrina, Angela Maria Geli Raubal (hija de su hermanastra). Una joven que las crónicas definen como una belleza de la época y a la que superaba en diecinueve años.

Después, Hitler añadió al que también era uno de sus mejores amigos por entonces (nunca fue muy proclive a las amistades durante su etapa en la Primera Guerra Mundial ) que entendía que aquello no le pareciera bien a la chica, pero que no tenía otro remedio. «Lo que ella considera una esclavitud no es sino prudencia . Debo cuidar de ella para que no caiga en poder de cualquier desaprensivo», completaba. la realidad es que, para el resto de líderes nazis, ambos eran considerados amantes .

Geli Raubal

Pero, según explican algunos historiadores como Joachim Fest o Robert Payne , lo que empezó como un capricho en apariencia pasajero acabó por destruir a Geli, el nombre por el que la conocían sus más allegados. Tras irse a vivir con su tío a un piso de Múnich allá por 1929, en pleno auge del Partido Nazi (tan solo tres veranos después la esvástica ascendió hasta el poder), la relación de Hitler se tornó en una peligrosa obsesión que acabó por llevar a la joven de 23 años a dispararse en el corazón con la pistola del futuro « Führer ».

El misterio sobre esta muerte, sucedida el 18 de septiembre de 1931, aún no ha sido desvelado. Algunos expertos apuntan a que el asfixiante cerco que el líder ejercía sobre su sobrina hizo que se quitara la vida. Otros señalan una discusión entre ambos como posible causa. Ejemplo de ello es que el periódico « Munich Post » (contrario al nazismo ya en aquella época) publicó una noticia en la que ponía en tela de juicio las causas del suicidio y daba a entender que la verdadera razón había sido un enfrentamiento entre ambos cuando la chica le dijo a su tío que le abandonaba por otro novio.

«Lo que ella considera una esclavitud no es sino prudencia. Debo cuidar de ella para que no caiga en poder de cualquier desaprensivo»

«Con respecto a este misterioso asunto, fuentes informadas nos dicen que el viernes 18 de septiembre Herr Hitler y su sobrina tuvieron otra violenta pelea. ¿Cuál fue la causa? Geli, una vivaz estudiante de música de veintitrés años de edad, quería irse a Viena, donde pensaba comprometerse. Hitler estaba resueltamente en contra de eso. Por esa razón tuvieron repetidas disputas. Después de una violenta pelea, Hitler salió de su departamento en Prinzregentenplatz », explicaba el artículo (fechado el 21 de ese mismo mes) bajo el no menos incisivo titular de « Asunto misterioso, la sobrina de Hitler se suicida ».

Más allá de este enigma histórico, aquellos que han estudiado la figura de Geli coinciden en dos cosas: en que fue el « gran amor » de Adolf Hitler y en que su muerte fue silenciada para evitar que la carrera política del líder cayese en picado. Así lo confirma el investigador Ron Rosenbaum en su ya famosa obra « Explaining Hitler: The Search for the Origins of His Evil ». En la misma, el también periodista dedica una buena parte de sus esfuerzos a tratar de desentrañar la inmensa tela de araña que tejió una justicia ya controlada por magistrados con simpatías hacia el nazismo para que este triste suceso se diluyera en los tribunales.

Amor e interés

El autor Michael Musmano afirma en su obra « Los últimos testigos de Hitler » que el líder nazi conoció a su medio sobrina en 1925. Para entonces, y en palabras del investigador y militar, la joven sumaba 17 años y ya «había florecido como una rosa; tenía una figura exuberante , era aficionada a la música y amante de la naturaleza ». Lo curioso es que Geli representaba todo lo contrario a la mujer aria por la que el nazi clamaba en sus discursos. «Con su pelo negro , su comportamiento heterodoxo, su carácter rebelde y su fuerte acento vienés, reflejaba todo aquello que la “ alemana ” debía rechazar, según la doctrina nacionalsocialista», completa.

Sin embargo, la joven Geli pronto atrajo la atención de su pariente. Atractiva y jovial, parece que Hitler disfrutaba de su compañía y gustaba de exponerla como un trofeo ante sus compañeros de partido. A partir de entonces ambos comenzaron a estar juntos a todas horas. Para los líderes del partido era habitual verles disfrutando de una buena cena, de una función de teatro o de un espectáculo circense.

Geli y Adolf Hitler

«Todas las personas que observaron la relación de Hitler con Geli llegaron a la conclusión de que el tío estaba enamorado de su sobrina», añade el divulgador. Robert Payne así lo corrobora en sus obras: «Su sobrina le cautivó. No hizo nada para ocultar al exterior el evidente afecto. Con el tiempo nace una auténtica pasión amorosa, o al menos la siente Hitler». Y otro tanto hace Fest en « Hitler, una biografía »: «Estaba enamorado de Geli, pero a su modo: quería a la vez poseerla y mantenerla a distancia. Ella era el adorno de su casa y las delicias de sus horas de ocio; su compañera y su prisionera ».

La definición de Geli que hizo tras la guerra Emil Maurice , uno de los varios novios que tuvo en secreto (amoríos, más bien), ponen de manifiesto el por qué Hitler llegó a interesarse por su propia medio sobrina. Este joven la describió como «una princesa que al pasar por la calle la gente se giraba a verla, aunque en Munich no es costumbre hacerlo». También explicó que «tenía una hermosa cabellera negra de la que estaba muy orgullosa» y que lucía vestidos que dejaban ver sus piernas a los transeúntes. Aunque la calificó de «una muchacha atolondrada , con la basta lozanía de una sirvienta, sin seso y sin carácter ».

«Geli amaba a Hitler. Continuamente iba detrás de él. Quería llegar a ser la señora Hitler»

Geli le correspondía. La joven adoraba a aquel hombre al que las masas cada vez admiraban más. Para ella, como a la postre sucedería con Eva Braun , era un personaje inalcanzable que, a pesar de lo que parecía a primera vista, se mostraba también encantador y tenía cierto halo de misterio . El ama de llaves del líder nazi no tuvo dudas cuando fue preguntada por la relación entre ambos: «Geli amaba a Hitler. Continuamente iba detrás de él. Quería llegar a ser la señora Hitler. Él era un buen partido». Con todo, también afirmó que la chica « coqueteaba con cualquier otro » y que « no era muy seria » en ese sentido.

La obsesión que Geli tenía en principio por Hitler queda clara a día de hoy gracias a testimonios palpables como una carta que la joven envió a una de sus amigas. En ella, hacía referencia a que su « Tío Alf » (como se refería a él) tenía una capacidad increíble para convertir cualquier evento en un acontecimiento de carácter « wagneriano ». «También estaba impresionada por la popularidad de su tío. Cuando iba con él al Café Heck , enseguida se hallaban rodeados de admiradores que lo felicitaban y de mujeres que le besaban la mano», desvela Bonnín.

El instructor de canto de Geli afincado Munich, Albert Vogel, afirmó a su vez que la joven le había insistido varias veces en que estaba enamorada de Adolf Hitler y en que deseaba casarse con él. Con todo, también es necesario señalar que otras tantas fuentes afirman que se dejó asombrar por un ídolo de masas que ejercía sobre ella una presión enfermiza. « Muchos la presentan como una involuntaria prisionera de un pervertido », afirma Rosenbaum.

Ernst Hanfstaengl , un periodista que tuvo gran influencia en el ascenso de Hitler al poder, recalcó que Geli y su madre dependían por entero del « Führer », lo que pudo influir también en que ambos estuviesen siempre juntos. Aunque, en lo que respecta a las relaciones sexuales (que otros jerarcas nazis suponían) fue cauto: «Tanto si pensó que una joven que ya había perdido la virginidad podía ser sometida fácilmente a sus peculiares gustos, como si en realidad fue la única mujer en su vida que le curó en parte su impotencia haciendo de él un hombre, son cosas que no llegaremos a saber con seguridad».

Nace la obsesión

La joven, que se había interesado en estudiar medicina, prefirió dedicarse al canto. El cambio no pareció molestar al « Tío Alf », quien -atendiendo a las fuentes- la veía como una heroína de Wagner que algún día encandilaría a las masas. La realidad, para su disgusto, fue lapidaria. Y es que, uno de los profesores de canto del Partido Nazi definió su voz como inexpresiva y sus dotes teatrales de inexistentes. Así lo reconoce Bonnín en su documentada obra. Aunque eso no impidió que el futuro « Führer » siguiera, como explicó el periodista alemán ya citado, « haciendo el bobo » con ella cuando nadie los miraba.

Sin embargo, con el paso de los meses la relación se fue enrareciendo. Hitler empezó a querer acaparar a Geli para sí mismo y evitar que viera a cualquier otro hombre con el que pudiera mantener una relación. Se convirtió, en palabras de Bonnín, en la prisionera de su tío soltero, « que le permitía todos los caprichos pero la trataba como un marido celoso ». Ejemplo de ello es que, cuando la atrapó manteniendo relaciones con otro joven (y después con su propio chófer) la envió con unos amigos durante un tiempo para alejarla de las « tentaciones ». Quería, en definitiva, que fuese para él.

Hitler sale de la sede del Partido Nazi en 1931

«Hitler no la dejaba salir sino era acompañada de su madre o de otra persona de confianza. Bajo ningún pretexto le permitía asistir a un baile o un guateque. Cuando Geli quería ir a nadar al Chiemsee o al Königssee, Hitler la acompañaba, dominando su aversión a mostrarse públicamente en bañador», añade el divulgador e investigador. A su vez, no era raro que la pusiera bajo el cuidado de algún miembro del partido que, además, debía informarle de las cartas que recibía.

Más allá de esta obsesión, los historiadores coinciden en que es difícil demostrar que Hitler mantuvo relaciones sexuales con su medio sobrina . En palabras de Rochenbaum, a día de hoy los mismos expertos no se ponen de acuerdo a la hora de hallar una respuesta. En sus palabras, el mayor representante del « partido de la perversión » (los que apoyan que hubo incesto) fue el investigador y periodista nacido a principios del siglo XX Konrad Heiden . Este autor cree que ambos ya habían cruzado ese límite cuando el líder nazi se mudó a Múnich e invitó a la joven a vivir con él en una habitación propia.

«Hitler no la dejaba salir sino era acompañada de su madre o de otra persona de confianza. Bajo ningún pretexto le permitía asistir a un baile o un guateque»

«Un día, la relación familiar de Hitler con su sobrina Geli dejó de ser familiar. […] Ella esperaba hacer una brillante carrera como cantante y pensaba que el “Tío Alf” le facilitaría las cosas. A comienzos de 1929, Hitler escribió a la joven una carta redactada en los términos más inequívocos. Era una carta en la que el tío y enamorado se mostraba abiertamente; expresaba los sentimientos correspondientes a un hombre con inclinaciones masoquistas coprofílicas lindado con lo que Haverlock Ellis llamaba “undinismo” (el deseo de que el otro le orine encima para obtener gratificación sexual). […] Esa carta probablemente habría sido repulsiva para Geli si la hubiera recibido, pero nunca la recibió».

Esta teoría se une a una segunda elaborada por el político del NSDAP Otto Strasser , quien afirma que Geli le desveló llorando en privado que Hitler le obligaba a hacer contra su voluntad «prácticas sumamente desagradables» y que «aparantemente conducían al undinismo».. A su vez, y tal y como explica History Channel, la joven llegó a decir en confidencia a una amiga lo siguiente: « Mi tío es un monstruo. Nadie podía imaginar lo que me llega a exigir ». Una tortuosa relación que concluyó con el suicidio de la muchacha.

Trágico suicidio

Sean reales o no estas aventuradas afirmaciones, la turbia relación terminó de forma drástica en septiembre de 1931 . Por entonces, la pareja vivía desde hacía dos años en un piso de Múnich que contaba con hasta cinco sirvientes. Aquella residencia se convirtió en una prisión llena de lujos para la pequeña. Tenía todo lo que podía desear, menos libertad para pasar el tiempo con quien quisiese.

Hitler, un enfermizo sobreprotector, mantuvo una discusión con Geli entre el 17 y el 18 de septiembre (atendiendo a las fuentes). Después, se marchó por un viaje político y dejó a la joven sola. Según las investigaciones policiales de la época, apenas quince minutos después de que el líder nazi saliera de la casa la chica cogió la pistola de su tío , apuntó a su corazón, y realizó un disparo fatal. Después de que hasta el mismísimo « Tío Alf » fuese interrogado, se llegó a la conclusión de que había sido un suicidio.

Con todo, tan cierto como esto es que, a día de hoy, se desconocen las causas que llevaron a Geli a matarse. La primera versión afirma que quería viajar a Viena junto a un nuevo novio, y que Hitler se lo prohibió. Otros expertos consideran que estaba harta de vivir bajo el yugo físico y emocional del enfermizo «Tío Alf». Pero el análisis de esta triste muerte será, como se suele decir, objeto de otro artículo.

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