Aguacate Andaluz, directo del árbol al consumidor

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Crear una marca de aguacate que no pase por cámaras de maduración y con la menor manipulación posible. Ese es el objetivo de Aguacate Andaluz, una empresa familiar en la que toman parte Paco Núñez, padre e hijo, y Anna Olzacka. Esta historia comenzó en 2017, en una finca de doce hectáreas y media con más de 4.000 árboles en La Suara, en el núcleo jerezano de La Barca de la Florida, contando ahora también con tienda online.

Algunos creían que la idea de plantar aguacates en esa zona era una locura, pero lo cierto es que los resultados hablan de manera positiva, comenzando la producción incluso antes de lo esperado. Esta fruta, de un tiempo a esta parte, ha adquirido una gran popularidad.

Los más conocidos en Andalucía son los de la Costa Tropical de Granada y Málaga, si bien también son muy habituales en el Campo de Gibraltar, en el área de San Martín del Tesorillo especialmente.

Paco Núñez (hijo) y Anna Olzacka en la finca de Aguacate Andaluz en la Finca La Suara.

Pero, ¿qué ventajas tiene el de Aguacate Andaluz? Anna lo tiene claro: “Nuestro producto es sostenible. Aquí tenemos agua de sobra del embalse de Guadalcacín, abastecido con las aguas de la Sierra de Grazalema, el lugar donde más llueve en España. Y los aguacates no gastan más agua que otro cultivo que se hubiera puesto en esta finca, como maíz o alfalfa, por ejemplo. Nuestra tierra también tiene muchos nutrientes. No le falta ni agua ni comida, el único problema son las temperaturas extremas”. Para paliar el efecto del calor y el frío, cuentan con distintas técnicas.

Aguacate Andaluz ha puesto en marcha recientemente una tienda online.

Añade Anna que es “un producto muy poco manipulado. Llegan al cliente pasando por tan solo uno o dos pares de manos ya que no entran en cámaras de maduración, en las que el etileno exógeno acelera el proceso de maduración, haciendo que la fruta pierda calidad”.

En la finca de La Suara se cultivan tres tipos de aguacate. Dos de piel lisa, bacon y fuerte, y el hass, de exterior rugoso. Paco (hijo) explica que éste último es “el típico que todos estamos acostumbrados a ver en esta zona en las fruterías. Es el que comercializamos principalmente en Aguacate Andaluz. La diferencia entre los de piel lisa, además de algunas organolépticas, es que el bacon es más grande y más redondo que el fuerte”.

Tienda online

Recientemente comenzaron con la venta online a través de su página web. Anna explica que “normalmente llegan los camiones, que cargan lo aguacates y se los llevan, fundamentalmente para el mercado extranjero. Pero queremos llegar a más clientes, de ahí que hiciéramos la página web. Nuestro objetivo es vender el aguacate directamente del campo al consumidor, porque es una pena que teniendo unos aguacates tan ricos no les llegue. Poco a poco, vemos que hay demanda“.

Maquinaria trabajando en la Finca de La Suara, en La Barca de la Florida. | Foto: Cedida.

Su labor, además, pasa por realizar cierto esfuerzo didáctico: “los clientes no quieren aguacates verdes. Pero hay que enseñarles que merece la pena esperar. El aguacate nunca madura en el árbol, se recoge verde y es mejor no acelerar ese proceso“. “Los nuestros maduran en el frutero“, apunta Paco. “Es una de las grandes diferencias que tenemos con respecto a los que vienen de otros países. Cuando los compras en el lineal, pueden haber pasado 50 días desde que lo cosecharon. Y no es lo mismo coger una fruta y llevarla al frutero de casa que recolectarla, pasarla por barcos, camiones y cámaras que aceleran o ralentizan el proceso de maduración. Te aseguro que no es lo mismo“.

Uno de los aguacates de piel rugosa, de la variedad Hass. | Foto: Cedida.

La respuesta de los clientes es muy positiva, dice Anna. “Una de las cosas que más valoran es el sabor y la textura, comparándolos con otros que encuentran en el mercado. También estamos vendiendo producto a restaurantes como El Faro de El Puerto o el Dhoma“.

Los productos de Aguacate Andaluz se envían a domicilio. | Foto: Cedida.

Ahora, los árboles de La Suara ven cómo la flor “comienza a apuntar, en breve estará fuera. Entonces se inicia la polinización, el cuajado de fruto y el engorde, que dura meses”, explica Paco. Para el próximo año, Anna espera que “tengamos un punto físico de venta en otra finca y poder hacer frente a la demanda“, llevando de esta manera el aguacate del árbol al consumidor directamente.

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