La Perica, la nueva heladería artesana de Cádiz que hizo repetir a Ferran Adrià

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Rocío, propietaria de la heladería artesanal La Perica estaba en el obrador cuando vio entrar a un cliente que le resultaba familiar. Jesús es el encargado de atenderlos, y le sirvió un helado de queso Philadelphia y pera. Podría ser cualquiera, pero cuando Rocío leyó al día siguiente los periódicos, reconoció a aquel cliente entre sus páginas. Ferrán Adrià había visitado Cádiz y descubrió que había acudido en dos ocasiones su nueva heladería ubicada en avenida Andalucía número 85.

Las responsables de preparar un helado que hace volver al que ha sido en nombrado en repetidas ocasiones como mejor cocinero del mundo, son Rocío de los Santos, una sevillana casada con un gaditano que tras más de diez años sin ejercer en su profesión de administrativo, y Beatriz, una joven heladera que tuvo su propia heladería en San Fernando y que ahora forma parte del equipo de La Perica.

Los helados que preparan con “mucho cariño” y esmero, han conquistado ya a la clientela de a pie, como lo hizo con el famoso chef de elBulli.  Rocío decidió emprender una nueva aventura laboral impulsada por ella misma y que además tuviera una dosis de creatividad, algo fuera de la rutina. No sólo quería gestionar el negocio, también ser parte activa diariamente en él, ponerse la chaquetilla y mancharse las manos. Así que realizó un curso sobre helados y poco a poco ha ido cubriendo etapas hasta que, por fin, el 26 de junio se inauguró La Perica. El nombre viene del mote por el que es conocida la familia de Rocío en su pueblo, los ‘pericos’.

La base de su filosofía es la elaboración artesanal y una materia prima de calidad. La leche que compra a la Sociedad Agraria de Transformación La Zorrera de Conil y la fruta de mercado son dos ejemplos de ello. Tienen una carta de 20 sabore -algunos van rotando- en los que se mezclan los más tradicionales, como leche merengada, vainilla o stracciatella, y los más actuales como Kinder Bueno o cheesecake y fresa. Lo más llamativo es que los helados no están a la vista, sino que se guardan en ‘pozzettos’, unos recipientes con tapa de estilo vintage que conservan mejor los helados, y que según Rocío hacen que el cliente se fije en el sabor, que es donde se aprecia toda la calidad del producto. Además de helados, sirven granizados y batidos de helado, en diferentes formatos.

El establecimiento llama la atención por su decoración y el diseño de la imagen corporativa, obra del diseñador sevillano Juan Bezos. El local tiene la zona de despacho, en la que hay colocado unos bancos y una pequeña barra. Al fondo se encuentra el obrador donde elaboran los helados y un almacén. La reforma ha sido minuciosa, ya que ha sido necesario adaptar el espacio a un negocio de estas características, donde antes se encontraron otros negocios como una zapatería.

La respuesta de los clientes ha sido muy buena según Rocío, que da a probar todos los sabores, muy conseguidos y con una textura suave y cremosa. Con todo el verano por delante, la idea del a empresaria es abrir también en invierno, todo el año, y que el público que ahora prueba y repite, puedan hacerlo también cuando pasen los meses de calor y vacaciones.

Ver los comentarios