El Equipo Navazos engrandece el centenario de Casa Martín 1920 con una cata inolvidable

Por días como este, Sergio Nieto decidió dar un giro a su vida profesional, abandonando su puesto de trabajo como ingeniero técnico agrícola y regresando al centenario negocio de su familia en Grazalema: Casa Martín 1920. Allí, el vino, la gran pasión del “camarero de vinos” Sergio, es el protagonista, como se demostró recientemente en la cata que el Equipo Navazos, con la presencia de Eduardo Ojeda y Jesús Barquín, ofreció para celebrar los cien años del local situado en la Plaza de España de la localidad serrana.

Catorce vinos, algunos ya sin existencias en bodega, se descorcharon en Casa Martín 1920 con la presencia de quince privilegiados asistentes, sumilleres y aficionados de toda Andalucía, conscientes de la importancia del evento en el que se encontraban.

Junto a ellos, Sergio se mostraba muy feliz por contar “una de las máximas figuras del vino andaluz en la actualidad como es Eduardo Ojeda, enólogo jerezano que junto al catedrático jurista de la Universidad de Granada, Jesús Barquín, formó el equipo Navazos hace más de 15 años, embotelladores de auténticos tesoros de bodegas no comercializadas, gran parte de ellas en ediciones limitadas”.

Los vinos

De auténticas joyas define el propietario de Casa Martín 1920 los catorce vinos que se cataron, que fueron el Colet-Navazos Extra Brut 2015; el Colet-Navazos Reserva Extra Brut 2014; OVNI Palomino Fino 2021, La Bota de Florpower 57 “MMXII”; Navazos Niepoort 2012; La Bota de Manzanilla 42 “Navazos” 02/2013, La Bota de Fino 54 “Macharnudo Alto” 06/2014; La Bota de Manzanilla Pasada 80 “Bota Punta” 12/2017; La Bota de Amontillado 58 “Sanlúcar” 06/2015; La bota de Palo Cortado 75 “Sanlúcar” 06/2017; La Bota de Oloroso 98 “Bota NO” 06/2020; La Bota de Oloroso 78 “Bota NO” 10/2017; La Bota de Cream “Bota NO” 10/2017, y La Bota de Palo Cortado 51 “Bota GF” 02/2014. Cuatro de ellos, centenarios, al igual que Casa Martín 1920.

La expectación de todos los asistentes cada vez que se abría una botella era evidente, incluyendo a Sergio. Durante más de cinco horas pudieron experimentar las mismas sensaciones que, con toda seguridad. Eduardo y Jesús tuvieron cuando encontraron esos vinos directamente en las botas, sin filtrar, sabiendo que tenían delante todo un descubrimiento.

Fueron cinco horas y media, pero a ninguno de los presentes les hubiera importado alargar durante más tiempo la jornada en una cata histórica como la celebrada por el Equipo Navazos en Casa Martín 1920. Sin duda, una de las mejores opciones posibles para inaugurar el ciclo de este tipo de eventos con el que Sergio siempre soñó en el centenario local de su familia.