La Cabra del Siglo XXI: imposible que se prohíba el cante

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El visitante o cliente tiene que poner la curiosidad, los nudillos para seguir el compás y la garganta cuando ya no pueda evitar arrancarse. Porque es un bar de cantar, para cantar, sobre todo para oír y para aprender lo que cantaron otros, para descubrir la copla de Cádiz, infinita ella. El aficionado al Carnaval –una especie que se multiplica sin control por efecto de un contagio que ha saltado fronteras provinciales– tiene un nuevo templo, un bache 4.0 en el que ejercer la condición de picaíto y, probablemente, agravarla.

Resulta imposible no salir más aficionado, al menos más interesado, de lo que se entra en La Cabra del Siglo XXI, nombre que guiña a la mítica taberna chirigotera.

Este bar de la céntrica calle Valverde era un lejano sueño para su propietario, Fran López. «Llevaba dándole vueltas desde 2013. Pensaba que algún día, que me gustaría… Pero tenía un empleo estable, fijo, y siempre lo aplazaba. Este año, por circunstancias, decidí dejar esa estabilidad y lanzarme. Con el riesgo que tiene, con las dudas y el miedo que dan las trampas, claro, pero creo que es el momento».

En ‘La Cabra del Siglo XXI’ se sirven montaditos, chacinas y tapas frías y también coplas al gusto del cliente. | A.V.

El momento consiste en abrir una taberna-museo dedicada al Carnaval de Cádiz. «Me da vergüenza llamarlo museo. No pretendo que lo sea. Hay mucha gente, pero mucha, con colecciones mejores que la mía, maravillosas. Lo sé porque las he visto. Simplemente, me ilusionaba compartir esta colección privada, la mía, que es una como otras que hay». Su pudor esconde un conjunto asombroso de piezas carnavalescas, quizás no el mejor pero hipnótico. Es el fruto del coleccionismo iniciado por su abuelo, seguido por su padre (el comparsista José Luis López ‘El Bombero’) y seguido por él.

Hay grabaciones digitalizadas de agrupaciones –no sólo del Concurso del Falla– desde 1959 hasta ahora, discos de pizarra anteriores a 1930 y una amplia colección de vinilos. Libretos firmados por las mayores figuras de la comparsa y la chirigota, vivas o no, litografías del siglo XIX y carteles que anunciaban la fiesta ya en 1910. Detalles, fotografías… Hasta la barra está decorada, cubierta y vestida, con más de medio millar de cassettes de agrupaciones de los 60, 70 y 80. Hasta dos tipos, enteros, reales, de dos agrupaciones inolvidables, perfectamente colgados de su maniquí.

Todo (bueno, menos ponerse el tipo) está a disposición del cliente «que puede escuchar lo que quiera del archivo y pedir que se ponga un disco, o mirar algún libreto con más detalle». Aunque admite que teme un poco las aglomeraciones cuando lleguen los días de fiesta «por ahora, el respeto es máximo. Los que vienen y miran algo, lo cuidan y lo valoran». Abrió hace una semana, el sábado 28 de octubre y ya ha recibido visitas que le animan: «Han pasado autores y aficionados muy conocidos. Todos me felicitan y me animan. También hace mucha ilusión que vengan turistas, visitantes de Andalucía y de otras comunidades, que se han enterado de la apertura y son aficionados. Es emocionante ver cómo se asombran porque para los gaditanos, este coleccionismo es más familiar, sabemos que hay mucha historia detrás del Carnaval pero los aficionados de otros lugares no saben que existe tanto patrimonio, tanto material tan antiguo y bien conservado».

Cassettes, libretos, carteles, son algunos de los detalles de este nuevo bar dedicado al carnaval de Cádiz | A.V.

Los 80 metros cuadrados, con una estructura alargada desde que se entra, están consagrados a las coplas, sus inventores, sus intérpretes y amantes. La decoración parece tan limpia adrede, para no distraer. Sillas de tijera y mesas esquemáticas, todo blanco y, eso sí, iluminación muy cuidada con focos bien dirigidos a los mil puntos de interés de las paredes.

El local pide a gritos actuaciones, charlas, actividades, debates… Fran López admite que ya le está dando vueltas a más de veinte ideas. Entre ellas, todas aún por confirmar y definir, está «algún tipo de concurso de conocimientos de Carnaval en el local, como el que hacía La Salle-Viña y que gustaba mucho. También quiero reservar alguna mañana fija a algún tipo de mercadillo de coleccionistas, que puedan venir a intercambiar, a comprar, a vender… Porque mi colección no está cerrada ni mucho menos, ni lo que se expone en este bar. El que quiera traer algo, enseñarlo, exponer… Aquí tiene su casa».

De hecho, admite que en el local no está expuesta, «ni la tercera parte de mi colección», así que siempre tiene margen de ir introduciendo novedades. Parece lógico, porque el Carnaval está vivo. Ahora más que nunca.

Aunque el Carnaval es la esencia y el alma, principio y fin del local, Fran López recuerda que «es un bar y los que nos permitirá sobrevivir es lo que sirvamos». En ese apartado asegura que también «hemos puesto mucho cariño. A lo que se come y se bebe. No es un lugar para almorzar o cenar a mesa y mantel, no tenemos cocina, pero sí queremos dar un tapeo rico, un aperitivo que apetezca repetir, hemos cuidado mucho la oferta de montaditos, chacinas y tapas frías». Casi todo lo que se come, llega de la provincia: «Hemos seleccionado entre lo mejor de la Sierra de Cádiz, sobre todo en los quesos, y lo que servimos es de verdad. Algún marisco, alguna conserva. Por ejemplo, el pulpo es pulpo, no sucedáneo». La propuesta de cervezas, manzanillas y vinos de Jerez «con algún Rioja y algún Verdejo» es sencilla pero pensada. También hay café: «Una máquina de cápsulas porque no abrimos para desayunar y servimos muchos a la vez pero, el que sirvamos, que esté bueno». La Cabra del Siglo XXI, en Valverde nº11 abre de 12 a 16 horas y de 20 a 23.30 horas.

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