El Merodio ya está abierto tras una destacada reforma

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El lunes 17 de febrero regresó uno de los bares más emblemáticos de Cádiz. El Merodio, en el número 4 de la calle Libertad, frente al Mercado, vuelve tras un necesario y favorecedor lavado de cara. Cambia el local, pero no la carta, que es prácticamente la misma que ha mantenido desde hace años. A las nueve de la mañana volverá con sus desayunos, permaneciendo abierto hasta las once de la noche.

Gema Aragón es la gerente de El Merodio. | Foto: Francis Jiménez.

En los años 50 del pasado siglo, Victoriano Luguera puso en marcha el local, entonces con el nombre de La Adela. Al morir joven, su viuda lo vendió a José Sierra, que lo mantuvo en su propiedad hasta mediados de los 80.

Entonces lo adquirió el tío de los actuales propietarios, José Loaiza, hasta el 2006. Entonces fue su hermano Ángel el que tomó las riendas del negocio, teniendo ya a su lado a la actual gerente, Gema Aragón Loaiza.

Como curiosidad, su abuelo era Antonio Loaiza Márquez, más conocido como el de los “duros antiguos”, ya que fue uno de los testigos de la aparición de unas bolsas con los duros en unas obras que se desarrollaban en la calle Cuba en 1967. Entre sus virtudes, preparaba unas tortillitas de camarones exquisitas, cuya receta seguirá su nieta en el recién reformado Merodio.

Algunos de los platos que se sirven en El Merodio. | Foto: Francis Jiménez.

El local ha sufrido una reforma completa, en la que solo permanecen los azulejos. “Le hemos dado un buen ‘encalao’, que es muy típico de Cádiz”, comenta Gema. Con capacidad para 90 comensales sentados en el interior, con mesas y sillas nuevas igualmente, y diez metros de barra, el Merodio tiene terraza tanto en la calle Libertad como en la de la parte trasera, con lo que el aforo total se acerca a los 150.

Dentro de la reforma también ha entrado la cubertería y la vajilla, pero el concepto y la carta del Merodio sigue siendo el mismo.

Aspecto de la amplia barra de El Merodio. | Foto: Francis Jiménez.

Teniendo la despensa del Mercado a escasos metros, el protagonismo será para el producto fresco del día. Tapas, medias y raciones para compartir, esa es la idea. Cazón en adobo, pescaíto frito, marrajo, pavía, ensaladilla de gambas, gambas cocidas y a la plancha, almejas a la marinera, coquinas, albóndigas de choco, carrillada, carne al toro, papas aliñás y alioli, huevas de choco o aliñadas, chicharrones de Chiclana, queso Payoyo, boquerones en vinagre, entre otros, estarán en su oferta, completada con vinos de la tierra de Cádiz.

El Merodio da además trabajo a seis personas, “contratados por ocho horas, y es que tenemos muy claro que queremos apostar por el empleo de calidad“.

Las paredes están decoradas con cuadros del madrileño  Javier Granados, autor también del nuevo logotipo y de los originales indicadores para los servicios, en los que la Chari y el Chano nos dirán en cuál debemos entrar.

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