Antípoda, un restaurante diferente para la calle Plocia de Cádiz

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La calle Plocia es una de las calles más animadas del centro de Cádiz en cuanto a gastronomía se refiere, y desde hace pocos días cuenta con un nuevo inquilino. Se trata de Antípoda, el nuevo restaurante propiedad de Eduardo Sánchez-Vallejo y Pablo Grosso, y que está entre otros dos del grupo, el Aljibe y The Cabin.

El proyecto nació hace más de un año, y aunque la intención primera era inaugurar en el mes de marzo, el coronavirus obligó a posponerlo. La idea, dice Eduardo, “es llenar un segmento del mercado al que no estábamos llegando, que es el de la gente joven. El objetivo es ofrecer un ticket medio muy asequible con comida de mucha calidad, con platos diferentes que hemos ido ideando en los viajes realizados a lo largo de estos años”.

Antípoda, el nuevo inquilino gastronómico de la calle Plocia.

El producto principal de Antípoda es el pollo al carbón, muy escaso en la oferta de los restaurantes gaditanos. “Hemos comprado un horno de pollo al carbón espectacular, y otro para las piñas, también producto destacado de la carta, para poder incorporarlas tanto en platos como en postres”. Diversos tipos de poke hawaiano también están en una carta que puede consultarse en este enlace.

Uno de los platos del nuevo restaurante en Plocia.

Además, platos típicos como arroz a la cubana con plátano macho, huevos fritos con jamón Joselito y patatas fritas, pollo a la canilla, o tailandeses como el pad Thai de pollo. También habrá una sencilla carta de coctelería y whiskies premium, y se presta especial atención a los vinos, todos de la provincia de Cádiz, blancos, tintos, rosados y espumosos. Además, la ginebra Gipsy, también gaditana. “El precio medio será de unos 15 euros, lo que queremos es que la gente venga y se siente en la terraza, que cuenta con 12 mesas”. En el interior hay capacidad para 60 comensales, pero de momento solo abrirá la parte externa, todos los días a partir de las 13 horas y hasta cierre.

El personal de Antípoda cuenta con amplia experiencia en el grupo.

La decoración también tiene un importante protagonismo, y se debe a Eduardo y su esposa, Nena de Lara. “La cocina es a la vista, se ven los hornos, y la decoración es muy cosmopolita, ecléctica, con espacios que recuerdan a Nueva York o al metro de París, con mucho espejo y simulación de cemento visto”, concluye Eduardo.

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