Eran poco más de las ocho de la mañana de este sábado cuando los teléfonos empezaron a sonar con fuerza. Varias voces habían señalado a través de las redes sociales que doña Ana Martín , la madre de Isabel Pantoja , había fallecido durante la madrugada.
La noticia empezó a correr como la pólvora. Los mensajes de pésame se sucedían a la misma velocidad con la que, medios digitales de dudosa credibilidad, empezaron a publicar que la causa del fallecimiento había sido un ictus y que la tonadillera se encontraba «en estado de shock» ante el terrible desenlace.
Las llamadas a la familia se produjeron con celeridad. También los contactos a través del Whatsapp. Unos aseguraban no saber lo que estaba sucediendo, otros como Anabel Pantoja optaban por, ni siquiera, dar una respuesta que sirviera para esclarecer la verdad. Isabel Pantoja hace días que tiene su teléfono desconectado.
Poco antes de las once de la mañana, una voz amiga resolvía las dudas . Un audio de alguien cercano al clan Pantoja, nos informaba de que doña Ana estaba «durmiendo tranquilamente en Cantora porque ya ni siquiera está en el hospital» y que, por lo tanto, cualquier información difundida no se correspondía con la realidad.
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