BELÉN DÍAZ

SAN VALENTÍNEl secreto infalible de una pareja que lleva 70 años junta

Macarena y Antonio se conocieron en 1946 y desde entonces no se han vuelto a separar jamás

MADRID Actualizado: Guardar
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Una tarde de 1945 Antonio (91 años) vio a Macarena (90) paseando con una amiga por su pueblo (Cenicientos, Madrid) y desde entonces, no paró hasta que se convirtió en su novia. Ella «era la más guapa», asegura este hombre, que tras un largo noviazgo de cinco años en 1960 consiguió llevarla al altar. En la boda hubo chocolate de Matías López de estraperlo y dos corderos grandes asados con patatas. «Fue un día extraordinario. Mi padre tenía muchas ganas de casarme, y me decía, "a ver si te recoges"», recuerda Antonio. Hoy conviven inseparables en la residencia Adavir para mayores de la localidad. «Donde va uno va el otro, apenas nos hemos separado en todos estos años», prosigue Macarena.

Ni siquiera cuando él tenía que viajar por toda España con su club de petanca, deporte con el que logró innumerables éxitos. «Yo le acompañaba siempre, y disfrutaba visitando las ciudades con otras mujeres del equipo», añade ella.

Foto de la boda de Macarena y Antonio, en 1951
Foto de la boda de Macarena y Antonio, en 1951 - ABC

Macarena es diálogo y alegría y en tan solo dos años se ha convertido en una mujer muy querida por todos en el centro. «Tiene un carácter excelente», confirma la psicóloga de la residencia, Isabel Rodríguez. Él es todo coquetería y acción. Le encantan los programas deportivos y a sus 91 años se acaba de comprar una Scooter para bajar a hacer los recados al pueblo y a echar una partida después de comer. Ella prefiere esperarle jugando a las cartas con los vecinos que van llegando a la residencia. «Cognitivamente hablando, están estupendos. Macarena a sus 90 enhebra la aguja sola, y recuerda de memoria todos los números de teléfono de sus allegados», asegura esta experta.

Los hijos nunca llegaron, pero eso no ha sido un impedimento para que ellos siguieran alimentando su amor. «Dios no nos los dio, y nosotros nos aguantamos», asegura esta anciana mientras posa cariñosamente su mano en la pierna de él. Sin duda, lo que a otros separa, en ellos resultó una argamasa indisoluble. «No recuerdo haber discutido jamás por este motivo. La prefiero a ella antes que haberla perdido en un embarazo o en una operación o tratamiento de la época», afirma Antonio. «Además, tenemos un montón de sobrinos». Estos van a visitarles a menudo y les acompañan a todas las citas médicas.

El secreto infalible de su amor

En estos 70 años juntos, «nos hemos contentado, y nos hemos enfadado, ha habido luces y tormentas, pero estas últimas siempre fueron breves», reconoce Macarena. Solo una vez pasaron varias horas sin hablarse. «Fue durante un viaje de hora y media que hicimos de Cenicientos a Madrid. Ese fue el enfado que más nos duró. Capeamos la tormenta. Luego le dije tranquilamente lo que me parecía mal», recuerda ella. «Nos queríamos mucho. Siempre ha habido cariño, respeto mutuo, y altas dosis de paciencia, de no querer mandar el uno sobre el otro. ¿Quizás eso les falta a las parejas de ahora?», pregunta Macarena.

Curiosamente, las ocho habitaciones de matrimonio de las que consta Adavir en Cenincientos están completas.

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