«¡Gracias por alegrarnos el día!», la respuesta de cientos de comensales a una curiosa iniciativa

Hasta cárceles y comedores sociales, un grupo de músicos voluntarios tocan sus acordes para romper la rutina de las personas en riesgo de exclusión social

Laura Peraita

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«Todo fue producto de la casualidad». Así reconoce Federico Escribano el comienzo de una iniciativa que hoy consigue alegrar el día a cientos de personas en situación de pobreza. «Quedé una mañana temprano para una reunión de trabajo y pasé caminando al lado de un cine donde había mucha gente reunida. Pensé que se estrenaba algo y pregunte. Cuál fue mi sorpresa al escuchar la respuesta: " estamos haciendo cola para desayunar en el comedor social que hay aquí al lado"».

Consternado, Escribano decidió asomarse al comedor social y se quedó absorto al encontrarse a cerca de 70 personas que desayunaban en el más absoluto silencio. «Por aquel entonces yo llevaba un grupo de rumba y flamenco y se me ocurrió hablar con el responsable del comedor para proponerle que, mientras comían estas personas, los grupos tocaran música para amenizar la velada y dar un toque de alegría a sus vidas. Paulino, acepto de inmediato. Y así comenzamos».

Llegaron al comedor, instalaron los instrumentos en un pequeño rincón y comenzaron a tocar los primeros acordes. «Fue increíble la cara de sorpresa de todos los comensales. Conseguimos que no se sintieran tan solos , despertamos sus emociones con música alegre y, sobre todo, rompimos su rutina diaria», recuerda aún con emoción Federico Escribano, fundador de la agencia de comunicación e2 . La respuesta de todas las personas fue la misma: «¡gracias por alegrarnos el día!».

Pronto empezaron a llamarles de más comedores sociales, de centros que ayudan a niños, a familias, incluso de centros penitenciarios. Gracias a la colaboración de Federico Baona , presidente del Colegio Territorial de la SGAE en Madrid, se logró ampliar esta iniciativa y acercar la cultura y la música a los colectivos más desfavorecidos y en riesgo de exclusión social.

Los psicólogos de estos centros aseguran la importancia de ofrecer música en directo a estas personas. «Hay que tener en cuenta que, en la mayoría de los casos, son personas que no hablan con nadie a lo largo del día y cuando van al comedor sus ojos solo se centran en su comida. El hecho de escuchar música, además de romper su rutina, les hace levantan la mirada, dejarse llevar por el ritmo y divertirse cuando alguien se arranca a bailar. Conseguimos que rompan su silencio, que hablen entre ellos —apunta Escribano— e, incluso, se acercan a los músicos y les confiesan que ellos, en alguna ocasión, también cantaron o tocaron un instrumento musical».

La jornada se anima aún más cuando al final se lleva a cabo el «open micro», y son los propios comensales los que demuestran sus dotes artísticas musicales al público allí presente y el ambiente se convierte en una pequeña fiesta.

Según el creador de esta iniciativa, el objetivo fundamental de estos conciertos acústicos es dar visibilidad a un problema estructural de nuestra sociedad, como es la pobreza, y utilizar la música como vehículo para establecer vínculos y conexiones entre ellos y la sociedad.

Confiesa que echa de menos que haya más jóvenes voluntarios. «Creo que con lo poco que ganan y la dependencia económica que tienen de sus padres, que sin ella no podrían acceder a un piso cualquiera podría verse en una situación comprometida». Escribano añade que no hay un perfil de pobreza único . «Nos hemos encontrado con personas que están allí por culpa de las adicciones, por un divorcio mal llevado que les ha dejado en la calle, por situaciones laborales que nos les permiten llegar a fin de mes, a familias enteras —cada vez menos más por esta causa— porque uno de sus hijos se ha enganchado al juego y han perdido hasta su casa... Nadie está libre de que un día la vida le dé un revés, por eso es tan importante dar visibilidad a esta situación social», asegura.

Este mes de mayo ya tienen previsto un programa de conciertos inclusivos, en el que participan 21 artistas de todos los estilos:

Día 8 de Mayo .- Artista: Rafa Martin. Actúa en la Iglesia de San Antón de Mensajeros de la Paz, a las 17:30 horas. Dirección: C/ Hortaleza, 63-28004 Madrid.

Día 9 de Mayo. - Artista: Leticia Malvares. Actúa en el Comedor social Ave María, a las 10:00 horas. Dirección: C/ Dr. Cortezo, 4-28012 Madrid.

Día 21 de Mayo. - Artista: Julian Chocolatino. Actúa en Comedor social Virgen de la Candelaria, a las 17:00 horas. Dirección C/ Virgen de la Oliva 69-71, 28037 Madrid.

Día 23 de Mayo. - Artista: De-Lyra. Actúa en el Comedor social San Juan Bautista, a las 17:00 horas. Direccion C/ Costa Verde 15, 28029 de Madrid.

Además, en el mes de junio actuarán artistas menores de 25 años en los comedores sociales. Todos los artistas que particpan son músicos profesionales y socios de SGAE. Tambien realizarán un concierto en la Carcel de Soto del Real.

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