Estas son las operaciones estéticas que piden los niños desde los siete años

Conseguir su mejor foto. Este es el objetivo de muchos jóvenes que seducidos por la moda de hacerse selfies descubren que su imagen no es la que desean. «No son conscientes de que las fotos en los móviles son de mala calidad y que, al hacerse de cerca, su cara puede salir deformada –apunta el reconocido cirujano plástico-estético Vilar-Sancho–. Rapidamente se sacan defectos, creen que no podrán ligar, tener un trabajo, éxito... y se deprimen por no parecerse a los estereotipos de los famosos que salen en las revistas o en la televisión y, por la inmadurez propia de su edad, sienten la presión de los comentarios y críticas de sus amigos y seguidores en las redes sociales».

Esta angustia ha provocado que las operaciones de cirugía estética en jóvenes hayan incrementado en lo que va de año en un 25%, según datos de la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética

. «Hace años, los padres apenas hacían caso a los hijos cuando tenían un complejo –apunta este cirujano plástico– pero, en la actualidad, como tienen menos hijos, se les protege mucho más, lo que se suma a la obsesión social por cuidar el cuerpo, acudir a los gimnasios, comprarse cremas de belleza..., Todo ellos hace que sea más fácil que los padres accedan a los deseos de sus hijos, que necesitan su permiso por ser menores de edad».

Según Vilar-Sancho suele ser la madre la que acompaña a los hijos a consulta, «pocas veces acude el padre», y en una primera cita se les explica todo el proceso, aunque suelen llegar con mucha información que logran a través de internet. En una segunda cita pretender resolver algunas dudas, sobre todo en relación a la anestesia y el resultado final de la cirugía y concertar la fecha de la operación.

«Lo importante es que si deciden que sus hijos se operen lo hagan siempre en buenas manos para lo que es aconsejable que se informen sobre si el médico es un verdadero cirujano plástico, si tiene una larga trayectoria profesional y preguntar a otras personas que haya operado y conocer su nivel de satisfacción. Aún así –advierte– el grado de satisfacción con el resultado de la operación para los jóvenes no depende de la operación realizada por el cirujano, sino de lo que opinen sus amigos, lo que también puede resultarles muy frustante».