Pilar, María, Laura, Oihane, Raúl, Mario, Ricardo y Danila han dicho NO al «bullying»

Ocho testimonios en primera persona de jóvenes contra el «bullying»

MADRID Actualizado: Guardar
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Frenar el acoso escolar es posible. Ayudar a las víctimas a que superen el «bullying», es el gran reto para todos. C95 Creative se embarca en un nuevo desafío llamado Aventura C95 #stopbullying —tras el éxito del Reto Pelayo Vida contra el Cáncer— en el que ocho chicos y chicas que han sufrido esta lacra, van a vivir una aventura cultural que les ayude a concienciar sobre su experiencia.

Cada semana se conoce un nuevo caso de acoso escolar con efectos devastadores para el bienestar emocional, el rendimiento escolar y la salud física de quien lo sufre. Según Save The Children, uno de cada diez alumnos sufre acoso en el aula; 6 de cada 10, insultos y un 30% golpes físicos.

Niños y jóvenes que se ven atacados cruel e injustamente y, en algunos casos, con un dramático final. El propósito de Aventura C95 #stopbullying es demostrar que el acoso escolar se puede combatir, así como dar un mensaje constructivo que eclipse el carácter pernicioso de esta práctica.

C95 Creative participa en esta acción como parte de su lucha por ayudar a las víctimas de «bullying». «Queremos transmitir dos objetivos: ayudar a enfrentar este desafío con un sistema eficaz de apoyo y trasladar un compromiso edificante», explica Aida Kayali, responsable de Responsabilidad Social Corporativa de C95 Creative, y añade que «el "bullying" es un problema que cada vez afecta a más niños y todos debemos trabajar para erradicarlo de forma inmediata».

La Aventura C95 #stopbullying es un desafío que sirve para reforzar la identidad, reconstruir su confianza y derribar el acoso. En esta apasionante aventura de doce días —desde mañana 13 de marzo al 25 de este mes—, ocho jóvenes que han sufrido «bullying» visitarán lugares icónicos de Perú. Sobre la participación de la firma en esta acción, Kayali explica que tiene el fin de «abrirnos a un mundo de creatividad» e insiste en que «debemos considerar esta aventura desde el entendimiento y la solidaridad».

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  1. Oihane, 18 años: «Para mí el "bullying" significa soledad, tristeza, vergüenza....»

    El malestar empezó en su entorno más próximo. De ahí se extendió en el ámbito escolar, «y estuve mucho tiempo afectada, hasta que mis padres se dieron cuenta de lo que estaba sufriendo cuando otras personas hacían chanza con mi nombre». «Para mí el "bullying" significa soledad, tristeza, vergüenza.... sólo porque alguien se quiera sentir más grande, más poderoso o simplemente divertirse es capaz de quitar la alegría, los amigos, las cosas buenas a otros. Nadie tiene derecho a quitar las ganas de vivir».

    «Nosotros como equipo debemos dar ejemplo y hablar al mundo de lo importante que es luchar contra el acoso escolar y para mi esta aventura representa que la unión de unos pocos puede ayudar a muchos, que sufren como víctimas o a los que provocan este sufrimiento. Es importante hablar al mundo que se tomen medidas para frenar el acoso. Me siento muy orgullosa de formar parte de esta aventura para ayudar a muchas otras personas».

  2. Ricardo (16 años) era el acosador: «Creo que los profesores deberían involucrarse más»

    El caso de Ricardo es opuesto al de sus compañeros. Así lo relata él mismo: «Hice "bullying" durante bastante tiempo, casi durante tres años. Muchas veces tampoco he ayudado porque yo mismo sentía miedo a ser excluido del grupo. Pero hace dos, la mente me hizo clic cuando un amigo me contó que lo sufría». Desde entonces su labor es evitar cualquier tipo de acoso, ya sea psicológico, físico, o cualquier disputa en el patio en su colegio. «Siempre que puedo echo una mano y solucione los problemas e intento que todo el mundo esté bien. Para mi es una forma de redimirme después de lo que hice. Se agradece que recompensen tu esfuerzo con un viaje como este», confiesa.

    «Desde mi punto de vista el "bullying" es un maltrato en el que un grupo se mete con el alumno que consideran más débil, y le tratan como escoria llegando incluso al maltrato físico. Yo en mi vida escolar me he dado cuenta de que esto ocurre cuando la gente no se da cuenta de lo que se sufre con ese maltrato, cuando el centro no supervisa lo que sucede, cuando una persona a lo mejor es poco sociable y el grupo le empieza primero a marginar y luego a acosar».

    «La persona que es víctima de acoso sufre y al final no quiere saber nada de nadie, se siente solo. Ahora me doy cuenta de que es necesario que todos aportemos nuestro granito de arena, para intentar parar el "bullying" e intentar ayudar a las personas que lo sufren y que lo hacen, en ambos bandos, el maltratador y la víctima».

    También creo que los profesores deberían involucrarse más para intentar parar esto desde el minuto 0 para evitar problemas mayores». En su opinión, del "bullying" se puede salir «hablando con tus profesores, con tus amigos, pidiendo ayuda. No hay otra manera de hacerlo».

  3. Pilar, 17 años: «A veces las víctimas se convierten en acosadores»

    Sufrió acoso desde primero de Primaria. Eso le llevó a cambiarse de colegio. En el de ahora se siente más acogida y ayuda a gente que ha sufrido "bullying" a salir adelante. Porque a veces, advierte, «las víctimas se convierten en acosadores. Por eso es importante plantarse, y decir "por aquí no paso". Ahora estoy mejor, no temo de nada. Tengo fuerza suficiente para avisar si me pasa algo. Tengo confianza en mi misma», asegura.

    Este viaje a Perú, en su opinión, supone una representación de todos los alumnos que están en contra el acoso, no solo de España, sino de todo el mundo. «Creo que hay mucha gente que está en contra de este problema, pero le da miedo decirlo y defender a los que lo sufren, confundiéndolo con chivarse. Contarlo no es chivarse, es defender los derechos de la persona que está sufriendo este maltrato tan injusto. En mi experiencia como víctima se pasa muy mal, te sientes apartado y hay veces que no te apetece hacer nada como por ejemplo levantarse para ir al colegio o estudiar y entonces comienzas a suspender las asignaturas».

  4. Danila, 16 años: «Nos puede pasar a todos»

    El acoso hacia Danila empezó en cuarto de Primaria, al repetir curso. No encontró su sitio ni entre los que pasaban de año ni entre los que llegaban nuevos. «Me dejaban de lado, y decidí juntarme con otros chicos de diferentes cursos a jugar, y hasta que un día intervine en una pelea en el recreo donde los mayores estaban pegando una paliza a un pequeño. Cuando ocurre suele haber inferioridad de condiciones físicas y de fuerza».

    Para este menor, el viaje tiene que ser un ejemplo de compañerismo, de apoyarse codo con codo. «Tenemos que enseñar y concienciarnos de que en esta vida no hay nada imposible si estamos unidos. Hay que superar el miedo, que si no puedes escalar y te hace falta que te ayuden decirlo y no callarlo. Como en el "bullying" cuando el agresor pega a la víctima, que la víctima no se calle, sino que se manifieste que pida ayuda para salir y si alguien ve lo que está pasando, que no puede, que está solo, que le cuesta, que no le dé de lado, porque nos puede pasar a todos. Hay que ayudar a la víctima, pero también al que maltrata para enseñarle, para mostrarle que hay que ser de otra manera, que hay que tener una personalidad que no haga daño a nadie».

  5. Laura, 15 años, acosada por ser latina: «Todos somos diferentes, pero tenemos los mismos derechos»

    Para Laura, lo más importante para salir del "bullying" es coger confianza para enfrentarte a las personas que te están haciendo daño. En su caso, eran sus compañeras de colegio las que se metían con ella por el color de su piel. «El acoso escolar es un tema serio y para la gente que lo sufre (o lo ha sufrido) no es ningún juego. Muchas veces el hace que se pierda confianza y autoestima, aunque haya muchas formas de hacerlo, todas son igual de dolorosas».

    A juicio de esta chica no todos los acosadores son iguales, por lo que no se puede conocer porqué lo hacen. «Me parece triste, indignante, que una persona haga daño a otra para sentirse bien. ¿Por qué hacer daño a una persona por su tamaño, color de piel o si lleva gafas…? Todos somos diferentes, pero tenemos los mismos derechos».

    «Mis derechos terminan cuando empiezan los del otro. Y si sufres acoso el problema no es sólo tuyo, cuenta con tus padres, profesores... Si tú no puedes, recurre a personas de tu confianza. No dejes que te callen, entre todos podemos acabar con ello.”

  6. Mario, 17 años: «Mi consejo es que la gente lo diga lo antes posible»

    A Mario le insultaban y vacilaban con apenas 9 años chicos más mayores. Cree que el "bullying" le ha hecho "más fuerte" aunque como secuela le ha podido quedar su timidez. «Estaba solo, intentaba hacer amigos, pero no funcionaba. Llegaron unos alumnos nuevos más mayores, que se creían superiores a los demás, fui diciéndoselo a mis profesores, familiares... Me hicieron caso y me dieron algunos consejos: que intentara pasar de ellos. Mi consejo es que la gente lo diga lo antes posible. Yo de pequeño no lo decía en casa y no tiene sentido».

    A este menor le parece un honor el poder ir a un sitio como Perú. «Pienso que me eligieron porque siempre he ayudado a todos, siempre en el judo y también porque yo odio las injusticias y el abuso a los chicos más débiles».

    «Me agobia un poco hablar sobre el "bullying", pero creo que hay que hacerlo, que los chicos tenemos que contar lo que pasa. Voy a tener que hablar sobre ello y no es que me apetezca ser un portavoz, porque me agobio y me da miedo hacerlo mal, pero hay que superarlo y si hay que hacerlo hay que tirar para adelante y hacerlo con ganas».

  7. Raúl, 17 años: «Es como una tortura diaria. La gente lo pasa realmente mal»

    Raúl no ha sufrido "bullying" como tal, pero relata haberlo visto siempre desde pequeño. «Siempre lo he parado porque para mi es una cosa horrible que no se merece nadie. Es como una tortura diaria. La gente lo pasa realmente mal. Lo he vivido muy de cerca y es horrible la verdad. Hay que contárselo a alguien cercano para no sentirse solo y ver que te pueden ayudar», aconseja. «Siempre contarlo, nunca callar. Esta es la clave», concluye.

    «Yo creo que ayudar a otros chavales que te necesitan, es lo normal, lo anormal es quedarte sin hacer nada. Mi compromiso contra esta injusticia es 100 por 100 y por supuesto que, si alguien me pregunta, yo voy a decir que se puede y que no hay que tener miedo, porque además la experiencia de ayudar es algo increíble, la mirada de un chico cuando le has ayudado es única, solamente cuando la experimentas de una forma tan cercana, te das cuenta de lo que verdaderamente puede sufrir otra persona, y poder hacer algo te hace sentirte muy bien».

  8. María: «Hay mucha gente que se calla y es terrible porque se va haciendo bola»

    María, a los 9 años, era más alta que las otras chicas de su clase, recibía insultos y se quedaba callada porque tenía «miedo» a compañeros de mi clase. Se lo decía a los profesores y «no hacían nada, decían que eran cosas de chicas». Salió gracias a una amiga. y se cambió de colegio y eso le ayudó mucho a superarlo. «Mi consejo es que intenten buscar a una persona de apoyo que les ayude a salir. Hay mucha gente que se calla y es terrible porque se va haciendo bola».

    «Creo que el "bullying"es una de las peores vergüenzas de las personas. Es cierto que siempre ha habido abusones, al menos eso me han contado mis padres, pero ahora todo tiene mayores consecuencias porque el abuso ya no sólo se ve en clase o cara a cara, sino en las redes sociales», opina esta joven.

    «Los cobardes que lo hacen ya no se ven y las consecuencias son mucho peores para la persona que las sufre. Creo que esta aventura tiene que servir para unir nuestras fuerzas y buscar formas de plantar cara al abuso, pero eso sí, desde el respeto y la tolerancia», añade María.

    «Somos muchos los que no queremos vivir con miedo a unos pocos y esto debe servir para demostrar que, si nos respetamos todos, con nuestras diferencias, seremos mucho más fuertes», concluye.

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