¿Por qué los bebés no pueden comer miel hasta que cumplan un año?

La miel puede contener una bacteria causante del botulismo, una enfermedad grave

La miel puede contener una bacteria peligrosa para los bebés.
Raquel Alcolea Díaz

Raquel Alcolea Díaz

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Quizá si preguntas a tu abuela o a tu madre no le resulte rara la práctica de mojar un chupete en la miel. Sin embargo, desde hace varias décadas los médicos alertan a los padres del peligro que supone que un bebé menor de 12 meses consuma miel. La razón por la que los niños que tienen menos de un año no deben probar la miel es la posibilidad de que contenga «Clostridium Botulinum» , una bacteria parecida a la que produce el tétanos pero que en este caso tiene la posibilidad de producir la toxina botulínica que es la que puede dar lugar a la enfermedad del botulismo, según explica el Dr. Jorge Martínez Pérez, pediatra de la Sección de Gastroenterología y Nutrición del Hospital Universitario Infantil Niño Jesús (Madrid).

Pero, ¿qué es el botulismo ? Tal como explica el pediatra, se trata de una enfermedad grave producida por la toxina botulínica y cuyas consecuencias son el bloqueo de la transmisión neuromuscular y la posible posterior parálisis de determinadas zonas. «El niño puede empezar a manifestar dificultades para tragar, cansancio, debilidad. Pero además es que esa parálisis que inicialmente afecta a los músculos que controlan la deglución al final puede derivar en problemas respiratorios graves o incluso la muerte», aclara.

El motivo por el cual puede afectar en mayor medida a los bebés que a los niños de más edad o a los adultos está relacionado con la inmadurez de su intestino pues en el caso de los menores de un año se corre el riesgo de que su intestino permita que esas bacterias germinen dentro y den lugar a la produción de la toxina peligrosa.

Aunque los casos de botulismo son de una escasa incidencia, el Dr. Martínez explica que cada cierto tiempo se da algún caso de botulismo diagnosticado en España, no solo por miel sino por el consumo de algunas infusiones de especies vegetales. «El problema se puede producir por el hecho de que la miel o el alimento esté contaminado por esta bacteria. Eso sucede sobre todo en las mieles artesanas, caseras o naturales, que no han sido esterilizadas», explica. Pero, ¿qué sucede con algunos productos destinados al público infantil que contienen miel? En este caso, el pediatra explica que en los cereales de algunas marcas infantiles que incorporan miel en su elaboración, ésta ha sido sometida a unos procesos de alta presión y temperatura que destruyen las bacterias por lo que, a su juicio, el consumo de estas elaboraciones es seguro.

Además de por cuestiones de salud, otra de las razones por las que no resulta aconsejable que los bebés consuman miel es por el hecho de su dulzor extra o de los azúcares que contiene , pues, según explica el Dr. Martínez, no es aconsejable ofrecerles alimentos tan edulcorados.

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