PROGRAMA VACACIONES EN PAZ

Comienza «la operación retorno» de casi 5.000 niños saharauis

Los menores han pasado dos meses de vacaciones con familias de acogida españolas. Durante ese tiempo han tenido revisiones médicas, aprendido español y mejorado su alimentación

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No es un proyecto humanitario, sino un programa de solidaridad», así defiende Elisa, una madre de acogida de Madrid, el programa «Vacaciones en Paz»,una iniciativa por la que cada año miles de niños y niñas saharauis huyen del tórrido verano en el desierto a 50ºC y se separan dos meses de sus familias para disfrutar de unas vacaciones en España. «Pero no sólo se trata de salir de las extremas temperaturas, que suponen un riesgo para su salud por la transmisión de enfermedades, mosquitos, diárreas, falta de agua... —cuenta Gely Ariza, responsable estatal de «Vacaciones en paz»—, sino también de proporcionar a esos niños revisiones médicas y una alimentación correcta durante los meses que están en nuestro país».

Este año 4.678 menores saharauishan sido acogidos temporalmente por familias españolas.

Llegaron escalonadamente desde el pasado mes de junio. A partir del próximo día 22 comienza su operación retorno a su tierra natal.

El programa es uno de los más arraigados en España. Sus orígenes se remontan a la Transición. «Con el tiempo se creó una infraestructura de asociaciones amigas del pueblo saharaui, de donde surgió "Vacaciones en Paz", con unos criterios comunes en todas las Comunidades Autónomas para dar salida durante el verano a los niños saharauis a través de familias de acogida españolas que les prestaran un cuidado y atención», dice Gely.

Condiciones de vida

En los campamentos de refugiados en Tinduf (Argelia), de donde proceden los menores, la alimentación es insuficiente, difícilmente se puede comer verduras, pescado o carne. La asistencia médica también es deficitaria. Algo que intenta compensar «Vacaciones en Paz». «Los niños durante su estancia en España siguen una alimentación adecuada.Y hay entidades, hospitales... que les realizan revisiones médicas gratuitas para detectar cualquier problema de salud. Algunos necesitan gafas, otros complejos vitamínicos, otros sufren caries...», afirma Ariza, que es también presidenta de la Federación Andaluza de Asociaciones Solidarias con el Sáhara- Fandas.

De los 12.000 niños que llegaron en 2008, este año no alcanzan los 5.000

Se estima que más de 200.000 menores se han beneficiado de este proyecto a lo largo de los años. Pero «Vacaciones en Paz» es muy sensible al devenir de la sociedad española. De hecho, también ha sufrido la crisis. De los 12.000 niños que vinieron en 2008, este año no alcanzan los 5.000. «El programa tiene continuidad y funciona —defiende Ariza—. Antes, teníamos muchos más familias de acogida, pero también muchas más subvenciones de corporaciones, ayuntamientos, diputaciones, organizaciones de todo tipo...».

El caro billete desde Argel

El principal escollo es el coste del viaje. El billete de avión de Árgel a Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla... hacia el destino de los niños cuesta entre 400 y 500 euros, que antes se sufragaban con las subvenciones. «Ahora con los esfuerzos de cientos de voluntarios que durante el año llevan a cabo rifas, mercadillos, carreras populares... para hacer frente a los gastos del viaje. Así se obtiene menos dinero y por tanto vienen menos niños», dice Ariza.

El programa está dirigido a niños de 8 a 12 años. Es posible repetir hasta los 14. Y existe un requisito para acceder a «Vacaciones en Paz»: estar escolarizado. En los campamentos la educación es obligatoria. Sin embargo, Ariza se queja que la falta de subvenciones está haciendo mucho daño: «Todos los años miles de niños saharauis se quedan con su mochila en el desierto. Es muy doloroso sobre todo cuando han estado todo el año recorriendo kilómetros para ir a la escuela y esforzándose».

Aún así, ella se queda con lo bueno programa. «Es la mejor medicina contra la claustrofobia. Cuando hablas con las familias saharauis te explican que sienten que si tienen algún problema en el futuro saben que hay una familia fuera, en España, para ayudarles».

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