Pueblos Únicos

Serrejón, la villa que fue sartén de España

Este municipio cacereño estaba considerado el más caluroso de España hasta que el pasado mes de julio la población de Montoro, en la provincia de Córdoba, marcó 47,3Cº y le arrebató ese récord

Panorámica de Serrejón ABC
Alexis Rodríguez

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Para muchos españoles Serrejón es el pueblo más caluroso de la península. Algo lógico si tenemos en cuenta que está en la provincia de Cáceres, a 339 metros sobre el nivel del mar. Durante el verano llegan con regularidad las olas de calor procedentes del Sáhara . Esa calima, polvo del desierto en suspensión, que deja el cielo azul pálido y el asfalto ardiendo. Los vecinos aseguran que en el verano de 1974 los termómetros marcaron los 49,5 Cº. Pero para los expertos, como Marcelino Nuñez, responsable de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Extremadura, Serrejón no es el pueblo que tiene el récord histórico de calor, sino que es Montoro, en la provincia de Córdoba, el que puede dejarle a usted tan quemado como le deja el ministro de Hacienda cuando tiene que pagar sus impuestos. «Durante la ola de calor de los primeros días de julio de este verano el termómero en Montoro alcanzó los 47,3 Cº», asegura. Y este sí es un dato científico, registrado en la estación meteorológica automática que hay en ese pueblo, y validado por la Aemet. En Serrejón no hay estación meteorológica y los 49,5 Cº de 1974 forman parte del imaginario popular , pero tienen el mismo valor que los 51 grados de Écija, la caldera de España, o los 15 bajo cero del aeropuerto de Barajas en un invierno de la década de los 40. Ninguno.

Pero el calor en Serrejón es muy llevadero. El pueblo, a pesar de no tener hoteles ni albergues y solo un par de restaurantes, muy dignos, tiene encanto, un entorno natural envidiable y una oferta cultural sorprendente. La iglesia parroquial de San Ildefonso, construida durante los siglos XVI y XVII, de estilo renacentista, es una construcción realizada en sillarejo y ladrillo enfoscado, y cantería de granito en portadas, esquinas y contrafuertes. Los retablos del interior, procedentes del Monasterio de Yuste, las imágenes de Santa Ana y San Ildefonso, y la talla de la Virgen de la Oliva, del siglo XIII, embellecen una planta rectangular de arcos de granito y gruesas paredes donde la temperatura es 10 o 15 grados inferior a la ambiental.

Cuando cae el sol, o a primera hora de la mañana, hay que enfilar la ruta del Cerro de la Tejonera para, tras recorrer 10 km., contemplar desde el mirador la dehesa extremeña, la sierra de Gredos, con el Almanzor, y a espaldas del mirador, el parque nacional de Monfragüe , una obra de arte de la naturaleza.

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