MIAMI

Vendida la mansión de Miami donde se suicidó el Dr. Brandt, el «barón del botox»

La casa de cuatro habitaciones, con piscina climatizada y ascensor, ha sido adquirida por un matrimonio argentino por 2,9 millones de dólares, casi medio millón menos del precio inicial

Madrid Actualizado: Guardar
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Nueve meses después de que el cuerpo del Dr. Brandt, el cirujano de las estrellas, apareciera sin vida en su casa de Miami, la mansión ha sido vendida por 2,9 millones de dólares (2,7 millones de euros). A principios del pasado mes de abril, Frederic Brandt se ahorcó en el garaje de su residencia. Su suicidio, inesperado, conmocionó a buena parte del star-system norteamericano. Por sus manos habían pasado, entre otros, Madonna, John Travolta o Kim Novak, a quienes dejó casi irreconocibles.

Pero el Dr. Brandt, pese a que acumuló una larga nómina de «horrores estéticos», era toda una celebridad. Obsesionado por su trabajo y, dicen, por alcanzar la perfección, no pudo soportar las críticas que, en forma de parodia, realizaron sobre su persona en el espacio televisivo de tintes satíricos «Unbreakable Kimmy Shmidt», en el que se hizo mofa de su apariencia y su actitud con un sketch protagonizado por Martin Short.

«Aquel programa le hizo mucho daño, se burlaron de él debido a su apariencia. Fue cruel e intimidatorio. Pero, al final, no fue la razón última para que se quitara la vida. Estaba sufriendo una depresión», dijo entonces su publicista, Jacquie Tractenberg.

Entrada de la mansión de Miami del Dr. Brandt
Entrada de la mansión de Miami del Dr. Brandt

Ahora, la casa en la que vivió y murió ha sido adquirida por 2,9 millones, 450.000 dólares por debajo del precio inicial, por una matrimonio argentino, Juan Carlos y María F. Boyadjian. Situada en el 3521 Bayshore Drive Villas, tiene cuatro dormitorios y cuatro baños, así como ascensor y piscina climatizada.

Conocido como el «barón del botox», a Frederic Brandt le gustaba diseñar las caras de sus pacientes. Pero cada nuevo método lo probaba con él mismo. Al parecer, en su búsqueda de la eterna juventud se tomaba 5.000 ampollas de colágeno al año, se inyectaba botox cada seis meses y se aplicaba rellenos para restaurar el área de los pómulos, ojos y la línea de la mandíbula.

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