El último capricho de Beyoncé para su nueva mansión en Hollywood: flores tropicales en toda la casa

« Beyoncé tiene un valor aproximado de 450 millones de dólares». De esta manera tan analítica, un íntimo de la cantante norteamericana cuantificó a la estrella en la web RadarOnline.com. Aunque añade: «¡Es una de las personas más baratas que conozco!». Sus argumentos para semejante razonamiento en principio son bastante admisibles: «A ella no le gusta comprar ropa cara ni grandes joyas, tampoco le gusta invertir en arte ni en coches».

Entonces, ¿cómo es posible que la esposa del magnate de la música, Jay Z, y madre de Blue Ivy siempre parezca que lleva encima un millón de dólares si tan ahorrativa es? Según la misma fuente, mucho de lo que Beyoncé posee «ha sido conseguido de manera gratuita.

A los diseñadores les encanta vestirla, a los joyeros les encanta darle piezas. Y a ella le encanta aceptar lo que le regalan».

Los «gustos sencillos» de la cantante, sin embargo, no se aplican a sus casas. Al parecer, hacer una reforma en alguna de las propiedades de Beyoncé podría convertirse en un auténtico infierno a tenor de sus caprichos constantes, casi siempre a última hora. Pero ya se sabe que quien paga, manda. Y eso que el amigo que la define como una persona ciertamente «austera» insiste en que a Beyoncé tampoco le gusta «gastar mucho dinero en embellecer su hogar, como invertir en flores».

Con los trastos a otra parte

El último episodio tiene que ver con la nueva mudanza de Beyoncé y Jay Z, quienes recientemente se ha visto obligados a trasladarse al venderse la residencia que ocupaban en régimen de alquiler, en Holmby Hills. No han tardado en encontrar una mansión en Beverly Hills que se ajustara a sus expectativas. Al menos, a casi todas. Una fuente ha revelado a RadarOnline.com que trabajar con ella es muy difícil.

«Beyoncé es muy diva. Ha pedido una enorme cantidad de cambios en la casa antes de instalarse». El problema es que el desembarco de los Carter (apellido de Jay-Z) es inminente: el próximo fin de semana. Al parecer, la lista de exigencias es larga y complicada. «Sólo quiere flores tropicales, pide reformar todos los pisos y redecorar todas las habitaciones en un tiempo récord». Para cumplir con los deseos de la estrella del pop, un equipo trabaja día y noche para que todo esté a punto. El caso es que nadie objetaría nada si la mansión fuera de su propiedad. Sorprendentemente, y en la estela de los hábitos austeros de la pareja, ellos no son los dueños dado que han vuelto al régimen de alquiler y ciertas reformas no han sido consensuadas.

Alquilar y aceptar obsequios es una fórmula para mantener las finanzas domésticas a raya. O para permitirse caprichos memorables. Por ejemplo, la fiesta de 800.000 dólares que Beyoncé organizó para celebrar el tercer cumpleaños de la pequeña Blue Ivy. La temática fue en torno a la película «Frozen».