Salen a la luz nuevas revelaciones del ataque contra Nancy Kerrigan, estrella del patinaje en los 90

La competición sobre el hielo no es fría, ni en patinaje ni en hockey. Sin embargo, el ataque contra la patinadora norteamericana Nancy Kerrigan, liderado por su oponente y compatriota Tonya Harding, fue uno de los mayores escándalos deportivos de los años noventa.

Nancy y Tonya eran dos estrellas del patinaje artístico en Estados Unidos, que competían por un puesto en los Juegos Olímpicos de Invierno de 1994, en Lillehammer (Noruega). Siete semanas antes del evento, tras un entrenamiento en Detroit, Nancy fue brutalmente golpeada con una barra de hierro en su rodilla derecha. Un trabajo profesional para acabar con su habilidad en los triple saltos que la hacían famosa. A la sorpresa del ataque, siguió la estupefacción del público al descubrir que el agresor era el exmarido y guardaespaldas de su contrincante, la también olímpica Tonya Harding.

Los medios cubrieron la noticia durante meses entre el asombro y el sensacionalismo. Se rodaron películas y ahora, más de veinte años después, se estrena una ópera en Chicago y un documental sobre esta historia. En el documental, un capitulo dentro de la serie «Scandal made me famous», se dan nuevos datos sobre el asalto que hoy podrían complicar la existencia Harding y enviarla a la cárcel.

Kerrigan, que no sufrió lesiones graves, consiguió participar en los Juegos de Lillehammer, consiguiendo la medalla de plata. Tonya, que también compitió, falló en la que a priori era su prueba más segura y tuvo que conformarse con la octava posición. El revelador documental, emitido el sábado en una cadena norteamericana, no solo cuenta el ataque sino que aporta evidencias inéditas al caso que podrían conducir a la policía a detener a Tonya.

Los productores hablan con múltiples personas que, de una manera u otra, se vieron implicados en el caso: desde el fiscal hasta expertos en caligrafía, testigos e incluso el ex prometido de Harding. La narración, detallada por el abogado del distrito de Multnomah, muestra documentos del FBI y fotos que no se habían publicado hasta la fecha.

Entre el material hay ciertas imágenes de Harding y su entonces marido, Jeff Gillooly, que podrían poner en evidencia la coartada de la patinadora. Una prueba determinante se encontró en una papelera: una nota en la que Harding, de su puño y letra, escribe la dirección del centro de entrenamiento de Kerrigan en South Dennis (Massachusetts). Aquel primer ataque no funcionó y lo intentaron de nuevo en Detroit. La nota, escrita en el reverso de un sobre, incluye el nombre Tony Kent Arena, donde deberían haber encontrado a Kerrigan, así como la dirección: 8 Gages Way, South Dennis.

El sobre y el resto de los documentos encontrados apuntan directamente a Harding, algo que entonces no terminó de demostrarse. La atacante, que fue encarcelada durante la investigación, recibió una pena de tres años de libertad condicional, 500 horas de trabajo comunitario y una multa de 160.000 dólares. Además, se le prohibió de por vida volver al patinaje de alta competición en Estados Unidos. Si bien Tonya tuvo una sentencia leve, los otros implicados (Gillooly, Stant, Eckardt y Smith) fueron encontrados culpables y sentenciados a prisión por su papel en la agresión.

En el documental, que ha vuelto a despertar el interés de la audiencia por el caso, varios actores retratan a los principales implicados en el crimen, mientras un narrador describe la escena: «Shane Stant, tío de Derrick Smith, ha viajado con él a Detroit. Los dos hombres han participado en el ataque y ahora escapan. Han lesionado a la directa competidora de Tonya y todos se benefician financieramente de distintas maneras», explica la voz.

Una vez retiradas ambas patinadoras de la competición, Nancy y Tonya participaron hace dos años en un documental para celebrar el 20 aniversario de los Juegos Olímpicos de Invierno de 1994. Las dos se sentaron para ser entrevistadas y ofrecieron dos versiones distintas del incidente. «Es triste, horrible, porque Tonya tenía mucho talento», dijo Kerrigan, que siempre ofreció el beneficio de la duda a la teoría de una conspiración por parte de su rival. «Recuerdo decirle al FBI que no creía que Tonya tuviera algo que ver; sin embargo, ellos me decían que no podían probarlo pero que creían que ella era el cerebro del ataque». Los detalles que aparecen en el documental, pueden cambiar definitivamente su versión de los hechos.

«Scandal made me famous» es una serie documental que cuenta historias inolvidables de individuos que dejaron su vida ordinaria para convertir su nombre en sinónimo de escándalo: casos como el de Casey Anthony y Lorena Bobbitt, Amy Fisher y la misma Tonya Harding. La serie, inspirada en «Murder made me famous», demuestra que no hay necesidad de matar para convertirse en una celebridad. Solo es necesario formar parte de un suceso sensacional.