Prohibido chivatos en la boda de Fernando Verdasco y Ana Boyer

En el entorno del deportista siguen asombrados por como ha accedido a exclusivas dada su trayectoria anterior de no querer hacer un «culebrón» con su vida sentimental

Fernando Verdasco y Ana Boyer Instagram
Beatriz Cortázar

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Como si de un secreto de Estado se tratase, así se está llevando la boda del tenista Fernando Verdasco y Ana Boyer que se celebrará este viernes en la isla de Moustique, aunque el papeleo se haya tramitado en Madrid para su validez legal. Desde que anunciaron su compromiso , mediante una exclusiva en una revista, la pareja se ha cuidado mucho a la hora de avisar a sus invitados que no podían dar ni un solo dato de esta celebración, no sea que les reventaran el negocio que están haciendo a costa de su enlace. Y es que por increíble que parezca en el entorno del deportista siguen asombrados por cómo Verdasco ha accedido a estas exclusivas que son solo el principio de una larga amistad dada su trayectoria anterior de no querer hacer un «culebrón» con su vida sentimental y eso que antes de Ana hubo muchas otras novias conocidas en su palmarés.

Es sabido que el amor mueve montañas y en esta ocasión ha cambiado la manera de actuar de un tenista que solo por llevar una camiseta de determinada marca o unas determinadas deportivas tiene su cuenta de ahorros asegurada . Tampoco Ana Boyer era muy dada a hablar de su vida privada a cambio de talón pero ya se sabe que las costumbres cambian y que la tentación vive arriba .

La exclusiva de los novios hizo que eligieran un lugar recóndito y una reducida lista de invitados, no más de 150, que esperaban que no se llenase al coincidir el banquete con el puente de la Constitución. Otro error. Al final son muy pocos los que han fallado y más los que han querido acudir acompañados con sus parejas cosa que no podrán hacer dada la limitada capacidad del lugar.

Isabel Preysler , que lleva en la isla desde el pasado viernes, cuidando los detalles y apoyando a su hija, está feliz de reunir a todos sus retoños y más su hermana mayor Támara Falco , que tanta complicidad tiene con Ana, está viviendo estos momentos con la intensidad de una mujer creyente y con el respeto que le han pedido para no «reventar» una boda que reunirá a las raquetas más importantes del momento con la única duda de Rafa Nadal que, según sus íntimos, no es muy amigo de acudir a enlaces. ¿Tal vez porque el suyo se está haciendo mucho esperar?

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