En 2008 Brad Pitt y Angelina Jolie compraron la propiedad de Château de Miraval cerca de Aix-en-Provence
En 2008 Brad Pitt y Angelina Jolie compraron la propiedad de Château de Miraval cerca de Aix-en-Provence - AFP

La pasión vinícola de las estrellas del celuloide

California, la Toscana y la Provenza son los lugares donde cineastas y cantantes vendimian

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La locura de la vendimia ataca a un número creciente de famosas y famosos, que encuentran en sus viñedos y propiedades vitícolas unos placeres que no siempre les ofrecen el lecho amoroso, sus apasionantes profesiones o sus abultadas cuentas bancarias en varios continentes. A estas alturas, los abogados de Brad Pitt y Angelina Jolie deben estar discutiendo quién terminará quedándose con los viñedos que la pareja compró en la Provenza francesa. Y mientras Angelina se ha encerrado con sus seis hijos en un chalet alquilado en Malibú (a razón de 84.000 euros al mes), Pitt ha encontrado tiempo para pasar unos días, de riguroso incógnito, en la residencia privada de su Château de Miraval, donde inició hace años la aventura de producir vinos con aspiraciones.

A lo largo de varios otoños, «Brangelina» organizaron y participaron en los trabajos de la vendimia.

Los vinos de Pitt se han ganado cierta fama entre los restauradores de la Provenza y la Costa Azul, donde la etiqueta del actor es requerida por un público cosmopolita y snob. ¿Resistirán sus vinos la ruptura de la pareja?

Además de a magnífica casa de 35 habitaciones, adquirieron unos viñedos con los que producen un rosado de cierto éxito.
Además de a magnífica casa de 35 habitaciones, adquirieron unos viñedos con los que producen un rosado de cierto éxito. - EFE

Bello y carnal

Gérard Depardieu asegura que cada día se siente «menos francés», aunque también confiesa: «¡Por nada del mundo faltaría a la vendimia, en mi casa de Anjou! Allí producimos mi Château de Tigné». Depardieu, como Brad Pitt, vive entre varios continentes, entre avión y avión, y además de en su patria, tiene propiedades en Rusia y Bélgica. «Todo eso está muy bien -comenta el actor más famoso de Francia-, pero no hay nada tan bello y carnal como producir tu propio vino».

Algo parecido debe pensar el cineasta Francis Ford Coppola. Para el director de «El Padrino» y «Apocalypse Now» los mayores placeres terrenales están relacionados con la vendimia. Coppola ha ganado mucho dinero haciendo filmes legendarios; también se ha arruinado varias veces produciendo carísimos títulos sin éxito. «Sin embargo -matiza-, estoy tan orgulloso de algunos de mis vinos como de la inmensa mayoría de mis películas». Coppola decidió llamar «Sophia» -en homenaje a su hija cineasta- a una añada que le hizo especialmente feliz. Su bodega, Rubicon Estate, está en el Valle de Napa (California) y su primera cosecha se remonta a 1978. Fergie Ferguson, Kim Kardashian y Kanye West también eligieron California para producir vinos propios, mientras que Olivia Newton-John no dudó largarse a Australia.

Bajo el sol de la Toscana

Madonna, con propiedades en Suttons Bay, en el estado de Michigan, y Diane Keaton en California, no hablan de sus viñedos con el mismo lirismo que sus compañeros de pasión, pero sí han consagrado a sus mejores botellas el mismo amor lúdico. Bob Dylan, por su parte, fumó y bebió hierbas y productos «euforizantes» de todo tipo a lo largo de su vida; sin embargo, un buen día decidió complementar su legado musical con la adquisición de un viñedo en Italia, en la Toscana, donde cada otoño participa en la vendimia, a su manera. El vino italiano de Bob Dylan, «Planet Waves». quizá no haya pasado todavía a la historia vitícola mundial, pero es un indicador sensible de una sensibilidad muy apegada a los valores de la tierra. Algo similar le sucede al cantante británico Sting, «vecino» de Dylan en la Toscana, donde elabora junto a su esposa un chianti en un pequeño viñedo de 28 hectáreas.

Jean-Louis Trintignant es hijo y nieto de viticultores. Lo de gran actor tuvo su gracia y le permitió hacer una larga y prestigiosa carrera artística. Para culminar su vida decidió recluirse en su propiedad de Rouge Garance, donde produce un «Côtes du Rhône», bien cotizado por los restauradores franceses. Se dice más feliz en su propiedad vitícola familiar que en París, convertido en feria de irrisorias vanidades.

La Provenza francesa quizá sea la región preferida por las celebridades víctimas de la locura de la vendimia, entre finales de agosto y mediados de octubre. Seguida de California e Italia. En España, Antonio Banderas, Serrat, Lluis Llach y Andrés Iniesta fueron algunos de los pioneros en un arte de vivir que descubre en la vendimia, en la producción de vino, una «magia» y placeres no siempre compatibles con otras carreras. Julio Iglesias ha oficiado como embajador de los vinos españoles y, cuentan, su bodega casera es una de las más y mejor nutridas del mundo.

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