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El espectáculo está servido

De la brillante colección de Duyos a la «atronadora» presentación de Ana Locking. Moda y show en la pasarela madrileña

Desfile de Juan Duyos De San Bernardo
María Luísa Funes

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Aunque algún desfile fue más parecido a un baile de after hours que a una presentación de moda, las colecciones vistas ayer brillaron por su creatividad y su buen hacer. Juan Duyos , imparable y metiéndose en todos los charcos -en el mejor sentido de la palabra-, propuso una colección en la que se podía encontrar un vestido para cada mujer , edad, estilo y circunstancia. Como los modistos de antes, cuando había escasas marcas y casi ninguna tienda de ropa, Duyos es capaz de elaborar cualquier prenda que se proponga. «Me divierte mucho el contacto con cada clienta», nos confiesa.

Duyos se ha convertido en un creador pendiente de los deseos y necesidades de cada clienta, como se hacía antaño hasta que llegó Charles F. Worth y su endogámica -aunque maravillosa- alta costura parisina y como muchos otros modistos que no desfilan suelen hacer. La señora que acude al taller de Juan sabe que puede modificar los modelos de las colecciones de desfile, adaptarlos a cualquier particularidad y, por supuesto, hacerse un vestido a medida partiendo de cero. Los atuendos presentados ayer, en la colección llamada «Luz» y apoyada por Endesa, iban desde verdaderas joyas que replicaban el arte de la papiroflexia a vestidos cuajados de perlas, guipur dorado, cristales o flecos. «Tus deseos serán concedidos», podría ser el rótulo junto a la puerta del taller de Juan Duyos en la esquina de las calles Prim y Barquillo, en Madrid. Y por si fuera poco, creó varios modelos de zapatos estelares: sandalias con tela fruncida en tonos ocre y babuchas con plumas en colores empolvados que lucieron las modelos, todas tocadas con pelucas de rubio platino cortado a la francesa y con maxi pendientes de bolas realizados en la maison.

Lento y teatral

Hannibal Laguna presentó una colección muy en su línea, con vestidos ceñidos, siluetas sirena, tejidos transparentes y profusión de pedrería bordada en forma de flores , rodeando cinturas y torsos. Sus tonos habituales, los nude, rosas empolvados y violetas, se vieron coronados por un mayestático vestido plata con el que cerró el desfile la bellísima Judit Mascó en un cierre lento y teatral.

Los trajes de baño de Dolores Cortés eran de corte caribeño con un estilo «tropical decó» inspirado en Miami, cargado de formas geométricas, brillos y colorido . Las modelos llevaban un exótico peinado y un vistoso maquillaje. Fue un desfile que recordaba al estilo del mítico club «Tropicana» de La Habana.

Ana Locking volvió «locking» a la audiencia con un show de una hora de duración y altos decibelios que puso a prueba la paciencia y los tímpanos de los asistentes. Los otrora aburridos desfiles de Madrid se han convertido, en algunos casos, en atronadores conciertos, shows de baile y contorsionismo, que no siempre presentan sólidas colecciones. Es cierto que en los desfiles tiene que haber buena moda o -en su defecto- un buen show. Pero el show por el show -si hay que ir, se va- es tontería.

Oliva presentó una colección de moda intemporal y ecológica, con profusión de gabardinas en azul marino y negro. Las prendas estaban hechas principalmente con materiales reciclados partiendo de botellas de plástico (PET). Los bolsos corrieron a cargo de Jeff Bargues , su pareja, con quien colabora desde hace ya 25 temporadas. El desfile fue patrocinado por Ecoembes, una organización que lleva desde 1996 impulsando el reciclaje y el respeto al medio ambiente a nivel nacional.

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