Manuel Díaz y Julio Benítez salieron a hombros por la puerta grande
Manuel Díaz y Julio Benítez salieron a hombros por la puerta grande - Gtres

Manuel Díaz quiere un encuentro privado con «El Cordobés»

Tras 47 años sin recibir un abrazo de su padre, Díaz solo quiere que ese muro se derribe sin necesidad de amigos o curiosos: únicamente la familia, que para él es lo más sagrado de la vida

Madrid Actualizado: Guardar
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Emocionado aún tras el éxito de la corrida del pasado fin de semana en Morón de la Frontera, donde compartió cartel con su hermanoJulio Benítez,Manuel Diaz «El Cordobés» quiere aclarar algunas de dudas que se han sembrado a raíz de la ausencia de su padre esa tarde en la plaza. Manuel Benítez reservó seis entradas de contrabarrera que se anularon días antes, por lo que algunos lo consideran un malentendido o un enfado sin fundamento.

Tal y como Díaz ha declarado, fue a través de un amigo común (Fernando Sacromón) como su padre le envió el mensaje de invitarle al tentadero que había organizado en la finca del ganadero Ramón Sánchez y al que también esperaba que fuera su hijo Julio y su hija María Angeles Raigón.

Dado que a día de hoy padre e hijo siguen sin haberse visto -y eso que ya hay sentencia legal que adjudica la paternidad-, Diaz quiso saber cuánta gente acudiría al tentadero y al enterarse de que incluso habría reporteros de la zona, prefirió no acudir. « La primera vez con mi padre debería ser en un acto privado y sin tanta gente. Creo que me lo merezco», ha comentado Díaz, que ha esperado 47 años para llevar a su padre ante los Tribunales para demostrar una verdad que nadie había dudado.

Al Cordobés padre no le gustó que su hijo declinara la invitación y reaccionó anulando la reserva y dejando a la afición con las ganas de verle torear una vaquilla, como se anunció en círculos taurinos. «Hasta Morón se desplazaron algunos autobuses de Palma del Río con la ilusión de ver al Cordobés de nuevo en el ruedo y junto a sus dos hijos», comenta Sacromón quien tiene una amistad de años con Benítez. «Manuel vive muy tranquilo en el campo. Tiene un teléfono pero sólo lo conecta para hacer alguna llamada y luego lo apaga. Es feliz con su vida y está muy a gusto en su mundo», añade.

Una deuda de hace 47 años

Pero Díaz no se ha tomado el desplante de su padre como algo que recordar y de ahí que siga siendo el hombre adorable que conquistó el corazón de la gente. «Parece ser que están preparando un homenaje en Palma del Río y quieren que vayamos», ha comentado. Y no pondrá ninguna pega. Feliz y con un sentimiento muy diferente tras torear con su hermano, no descarta seguir compartiendo cartel esta temporada y menos después del éxito de Morón. Junto a su mujer Virginia Troconis y sus hijos, Díaz sabe que el cara a cara con su padre está cerca. «De la misma manera que nadie tiene por qué saber cuándo me ví por primera vez con mi hermano (estuvieron juntos en el campo días antes de la presentación de la corrida de Morón) espero que nadie tenga por qué presenciar ese primer encuentro, que me gustaría que fuera algo entre nosotros», añade. Y no le falta razón. Tras 47 años sin recibir un abrazo de su padre, Díaz solo quiere que ese muro se derribe sin necesidad de amigos o curiosos: únicamente la familia, que para él es lo más sagrado de la vida.

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