El yate más grande del mundo
El yate más grande del mundo - ABC

El magnate ruso Alisher Usmanov inaugura en Cerdeña el yate más grande del mundo

El gigante del mar ha costado 545 millones de euros. Velada de ensueño, sin reparar en gastos: Invitados al espectáculo Robbie Williams, Andrea Bocelli, Charles Aznavour y Carla Bruni, en versión musical

MADRID Actualizado: Guardar
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Ha sido un capricho de 600 millones de dólares (unos 545 millones de euros). A los multimillonarios rusos no les afectan ni la crisis ni las sanciones de Occidente contra Moscú por su actuación en Ucrania. Alisher Usmanov, 63 años, el tercer hombre más rico de Rusia y el 67º del mundo, según la revista «Forbes», con una fortuna de 14.000 millones dólares, se ha hecho como regalo un gigante de los mares: El yate más grande y más caro del mundo, de nombre Dilbar –en homenaje a su madre-, inaugurándolo por todo lo alto en la Costa Esmeralda (Cerdeña). Es el número uno por tonelaje, el cuarto por longitud (156 metros de eslora, 23 de ancho y 30 de altura, con 80 miembros de tripulación).

Su yate anterior le debía parecer de juguete, porque solo medía 110 metros. Y si de juguetes hablamos, se puede recurrir como ejemplo, para darnos una idea de la diferencia abismal, al yate de Rafa Nadal, «Beethoven», de 23 metros de eslora, valorado en casi 3 millones de euros.

Usmanov ha atracado su Dilbar entre Cala di Volpe y Romazzino, justo frente a la gran mansión que posee el magnate ruso. La inauguración ha sido durante el fin de semana en pompa magna, obviamente sin reparar en gastos. Entre los ricachos que residen en Costa Esmeralda se había desencadenado, desde hace varias semanas, la caza para una invitación. Usmanov preparó un programa para una velada de ensueño: Fuegos artificiales en torno al yate, gran cena de gourmet y después un espectáculo, invitando a Robbie Williams, Andrea Bocelli, Charles Aznavour y la exprimera dama de Francia, Carla Bruni, en versión musical. Entre sus invitados especiales estaba el viceprimer ministro ruso, Ígor Shuválov.

Aparentemente, el magnate ruso ha tirado en este fin de semana la casa por la ventana, o, mejor dicho, por la borda. Pero Shuhálov no es un inexperto o ingenuo en la utilización de su enorme patrimonio, ni le gusta dilapidarlo. Su historial lo demuestra. En su pasado misterioso figuran problemas con la justicia y la cárcel. Pero su presente no puede ser más luminoso: Usmanov, de origen uzbeko, construyó su fortuna con la metalurgia, domina el mundo de las telecomunicaciones en Rusia y es el patrón de algunas de las principales empresas del país; además, es uno de los mayores accionistas del club Arsenal de Londres. En este contexto se explica la compra del yate Dilbar: Es una forma de desafío entre los más grandes, para seguir acaparando negocios y riqueza.

A los ricos les gusta exhibirse en Costa Esmeralda. Un derbi ruso se traslada ahora desde los campos de juego a los mares de Cerdeña: Usmanov y su Dilbar se las verán con Roman Abramovich, otro oligarca ruso enriquecido sobre todo con el petróleo, conocido fundamentalmente por ser dueño del club Chelsea, con una fortuna de 9.000 millones de dólares, según Forbes. Abramovich posee otro yate espectacular: Eclipse, de 162,5 metros, sería el segundo del mundo en longitud. El primer puesto, con 180 metros, pertenece al príncipe saudí Al Walid bin Talal, el hombre más rico de Arabia, con un patrimonio de 27.000 millones de dólares, según estimación de Forbes. A todos ellos gana el yate Dilbar: En tonelaje, lujo y tecnología –dispone de un sistema para obstaculizar los teleobjetivos-. Fue construido, con el nombre en clave Omar, en los astilleros de Lurseen (Alemania). El Dilbar no puede atracar por ahora en los muelles de Porto Cervo, porque sus dimensiones son exageradas. Pero nada hay imposible. Se harán obras para ofrecer reparo al Dilvar en Porto Cervo, que será el tercer puerto privado del Mediterráneo, tras Montecarlo y Antibes (Costa Azul). Mientras, Alisher Usmanov navegará en una de las zonas más bellas y románticas de la Costa Esmeralda, entre Cala di Volpe y Romazzino, para mostrar su poderío en esa gran pasarela de la opulencia.

Ampliación

Fraude y otros cargos contra Alisher Usmanov, en 1980, fueron posteriormente rechazados por el Tribunal Supremo de Uzbekistán y fue al final exonerado completamente. Anteriormente indicamos que estuvo en prisión –pasó seis años en una cárcel uzbeka, a causa de los cargos mencionados-, pero salió exonerado, sin cargos.

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