Francisco Rivera: «Llevaba tiempo diciéndole a Kiko que tenía que casarse»

El diestro está contento con la próxima boda de su hermano, pero evita hablar sobre un posible encuentro con Pantoja

MADRID Actualizado: Guardar
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Francisco Rivera Ordóñez (42 años) torea con elegancia las preguntas peliagudas. Ayer bajó al ruedo mediático para celebrar el 60 aniversario del primer reloj automático de Seiko y presentar la colección Presage de la firma nipona. El diestro salió indemne de la corrida que se montó en el photocall: negó que existan herencias secretas de su padre -«esas son cosas que contáis los periodistas, pero no hay nada»- y evitó hablar sobre la vida privada de su hija Cayetana, fruto de su matrimonio con Eugenia Martínez de Irujo -«tiene 16 años, es una menor, así que pasemos a la siguiente pregunta»-.

Su hermano, Kiko Rivera, acaba de anunciar que se casará con Irene Rosales en el mes de octubre, y muchos se preguntan si Francisco está dispuesto a posar con Isabel Pantoja, con quien mantiene una vieja disputa por el legado de Francisco Rivera «Paquirri».

«Uno no tiene horchata en la sangre. Pero yo creo que hay temas que deben tratarse de puertas para adentro...», respondió sin perder la sonrisa. Poco antes de lidiar con los paparazis, recibió a ABC para hablar sobre su familia y sus proyectos.

-Hablando de relojes, ¿le preocupa el paso del tiempo?

-No, a mí me gusta que pase el tiempo. Me gusta celebrar los cumpleaños porque cumplir años significa que has vivido y todo lo que sea vivir un día más y ganar experiencia es buenísimo.

-Pero todos queremos más tiempo...

-Indiscutiblemente. Yo lo quiero para estar con mi mujer y mis hijas. Siempre demando tiempo para estar con ellas. Y me gusta parar el tiempo cada tarde cuando toreo.

-Su hija pequeña, Carmen (fruto de su matrimonio con Lourdes Montes), cumplirá un año en agosto. ¿Cómo se encuentra?

-Carmen está genial. Está en ese momento que es para pegarle bocado. Nos tiene enamorados con su forma de ser y su carácter. Es un torbellino, no para.

-A su hija mayor, Cayetana, la tuvo cuando era muy joven. ¿Cansa más ser padre después de los 40?

-No, qué va. Pero es verdad que lo estoy viviendo distinto. Cayetana y Carmen se llevan 16 años. Yo me separé muy pronto de Eugenia y con Cayetana tengo una relación especial porque vivimos solos durante mucho tiempo. Ahora tiene 16, una edad complicada, pero tenemos una relación irrompible. Y entre ellas también tienen algo bonito. Cayetana es el ídolo de Carmen, y Carmen es el juguete de Cayetana.

-Hace unas semanas protagonizó un mano a mano con su hermano Cayetano en Granada. Vimos a su mujer con cara de mucha preocupación.

-Lourdes lo pasa mal, cada día peor. Y más desde que sufrí la cornada en Huesca el año pasado, justo antes de que diera a luz. De ahí para acá su forma de sentir ha cambiado a peor. El otro día vino porque era una corrida especial, entre hermanos. Hizo el esfuerzo y disfrutó mucho.

-Y, ¿no ha pensado en retirarse?

-Evidentemente estoy más cerca de ello. Cumplo 21 años de alternativa, así que cada día esa posibilidad está más cerca. Voy a hacer esta temporada y a darlo todo, y cuando termine el año veré qué hago. No tengo prisa...

-Por suerte tiene otros proyectos fuera del ruedo. ¿Cómo le está yendo a su mercado «gourmet» en Sevilla?

-Estamos muy contentos con la Lonja del Barranco. Lo cogimos de cero y ahora es una gran atracción turística, un punto de referencia para todos los visitantes de Sevilla. Tenemos un personal maravilloso y una ubicación única en la ciudad. No puedo pedir más.

-¿Tiene otros negocios en mente?

-Tenemos con mi grupo otro proyecto sobre la mesa vinculado a la gastronomía, pero no quiero dar más pistas. Solo puedo decir que es un concepto similar al que creamos en el mercado del Barranco. Pero ahora mismo estoy centrado en el toro, que exige fidelidad absoluta.

-Kiko se casa. ¿La noticia le pilló por sorpresa?

-¡Qué va! Mi hermano Cayetano y yo llevábamos tiempo diciéndole que era hora de que se casara. Él nos respondía: «Algún día de estos». Y el día llegó. Está feliz con su niña y con su mujer, está centrado en su trabajo y le está yendo fenomenal... solo le faltaba la boda. Estamos muy contentos. Lo empujamos a casarse, pero lo hicimos con mucho cuidado (risas).

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