Felipe y Letizia: Una boda inesperada que sorprendió a los españoles

El aniversario de los Reyes, que celebran este miércoles, coincidirá con los primeros pasos para formar Gobierno

Los Reyes en el Salón de Alabarderos del Palacio Real el día de su boda Alberto Estévez

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A pesar de que Don Felipe llevaba años anunciando que no se sentía obligado a casarse con una Princesa, lo cierto es que el anuncio de su compromiso matrimonial con Letizia Ortiz Rocasolano , la periodista que presentaba el telediario de TVE, sorprendió a la mayoría de los españoles. Los Reyes de España llevaban siglos casándose con Princesas, y la opinión pública se había hecho una idea muy diferente sobre cómo debía ser la futura Reina. Hubo incluso algún periodista que calificó la boda como «un salto en el vacío que puede salir bien». Pero, aunque Doña Letizia, divorciada de un matrimonio anterior , no se ajustaba al perfil esperado, la España democrática, moderna y abierta de comienzos del siglo XXI en seguida se contagió del entusiasmo de un Príncipe enamorado que quería conciliar las razones de Estado con las del corazón. Y, salvo unas minorías, Doña Letizia fue recibida con los brazos abiertos.

Después de años de presiones para que pusiera fin a su soltería y tras un noviazgo de muy pocos meses, Don Felipe contraía matrimonio a los 36 años con una joven profesional con los pies en la tierra y con ideas propias que se sumaba ilusionada a trabajar en equipo con su futuro marido. Nunca, hasta entonces, se había visto al Príncipe en público tan feliz y tan cercano.

Vida pública y privada

Pero Doña Letizia, nacida en un ambiente muy diferente al de Don Felipe, pronto empezó a pagar el precio de haberse convertido en la primera Princesa de Asturias, y después Reina, no nacida en el seno de una Familia Real. Le costó acostumbrarse a que la llamaran «Señora», a tener que salir acompañada siempre por escoltas y a controlar su espontaneidad, pero lo más difícil de todo para ella fue marcar una línea entre su vida pública y privada en una Institución en la que ambas esferas a veces se mezclan y diluyen. Ya en su estreno, el día de la petición de mano, un espontáneo « déjame terminar a mí » dirigido al Príncipe, hizo que toda la atención mediática se concentrara en una anécdota.

La boda se celebró en la Catedral de La Almudena, en un Madrid plomizo y lluvioso, y aún entristecido por los atentados más cruentos de su historia. Una matanza que muy pronto enseñó a Doña Letizia el lado amargo de su nueva condición. Aquel 11 de marzo la todavía prometida del Príncipe lloró por primera vez junto a Doña Sofía al compartir el dolor de los familiares de los heridos a los que visitó en los hospitales.

A partir de entonces, los acontecimientos empezaron a sucederse a un ritmo vertiginoso: los viajes oficiales, el nacimiento de las Infantas Leonor y Sofía , y la asunción de actos cada vez más relevantes, coincidiendo con las operaciones a las que fue sometido Don Juan Carlos . También Don Felipe mejoró notablemente la entonación en sus discursos oficiales, algo que se atribuyó a las enseñanzas de Doña Letizia.

Los Reyes de España junto a sus hijas, Leonor y Sofía Francisco Seco, José María Barroso, Jaime García

A pesar de las aparencias, no todo ha sido un camino de rosas en estos quince años de matrimonio, en los que Doña Letizia ha tenido que superar baches, disgustos, traiciones -incluso de sus propios familiares- y ausencias, como la trágica muerte de su hermana Érika . En estos años también el Rey ha perdido a uno de sus más queridos colaboradores, el coronel de la Guardia Civil José María Corona , que compartió con Don Felipe los últimos 35 años de su vida y fue responsable del Servicio de Seguridad de la Casa del Rey. Corona fue también el hombre al que Don Felipe pidió que le acompañara en el coche el día de su boda y que le volvió a acompañar, diez años después, el día de su proclamación.

También el relevo en la Corona se produjo en unas circunstancias difíciles, tras el escándalo del caso Nóos y los errores personales que cometió el Rey Don Juan Carlos. Pero el 19 de junio de 2014, el Rey, acompañado por Doña Letizia y sus hijas, anunció que empezaba «un tiempo nuevo», y a las pocas semanas adoptó una batería de medidas que reformaron la Monarquía.

Corregir errores

Los primeros cinco años del reinado no han sido fáciles, pero Don Felipe ha contado en todo momento con el apoyo y el cariño de Doña Letizia y de sus hijas, que se han ido incorporando progresivamente a la actividad institucional. Y cuando se han cometido errores, como ocurrió el año pasado en la Catedral de Palma, cuando Doña Letizia trató de impedir que Doña Sofía se hiciera una foto con sus nietas , se han reconocido y subsanado, sin echar balones fuera.

Este miércoles se cumplen quince años de aquella boda inesperada con una joven que no se ajustaba al perfil. Sin embargo, los Reyes no suelen celebrar en público su aniversario y, de hecho, no tienen ningún acto programado en su agenda. Y es que hoy Don Felipe recibirá en el Palacio de La Zarzuela a los nuevos presidentes del Congreso de los Diputados y del Senado, que fueron elegidos ayer. Con esas audiencias, el Rey pondrá en marcha, por tercera vez en su reinado, los mecanismos constitucionales para la elección al presidente del Gobierno , siguiendo lo establecido en el artículo 99 de la Carta Magna.

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