Desalojan a Alejandro Fernández de un avión por ir borracho

El cantante mexicano recordó a los presentes un reciente accidente de aeronave, además de negarse a apagar el móvil y a abrocharse el cinturón

ABC

Con canciones como «Me dediqué a perderte» y «Quiero que vuelvas», entre otras muchas, Alejandro Fernández (47 años) se ha ganado el corazón de muchos y se ha convertido en una de las voces estrella del panorama musical latinoamericano. Pero, en numerosas ocasiones, su prolífica carrera se ha visto salpicada por algún que otro escándalo fuera de los escenarios.

El alcohol casi siempre ha estado presente en sus salidas del tiesto. El último incidente lo ha protagonizado estos días en un vuelo del que tuvo que ser desalojado. El cantante se negó a abrocharse el cinturón y a apagar el móvil, lo que ocasionó una disputa con la tripulación del avión, según recoge la revista «Notas».

Varios testigos presenciales apuntan a que El Potrillo, como así se le conoce, había bebido unas copas de más y no se encontraba en su mejor momento. Pero lo peor, según cuentan los mismos y recogen en varios vídeos que circulan por las redes sociales, es que Fernández les recordó el accidente ocurrido en Durango, al norte de México, el pasado 31 de julio, en el que un avión se desplomó por una fuerte racha de viento. Pese a que ninguno de los pasajeros sufrió daños graves, a ninguno de los allí presentes les pareció oportuno que Fernández recordase tal suceso.

«Se levantó y nos empezó a mostrar el vídeo de Durango, y nos dijo que ojalá no nos pasara lo mismo. Fue una situación muy desagradable», dijo un testigo a la misma revista, a la vez que explicó que la razón se debía a que volaban en un avión de la misma compañía. Una situación que provocó que la tripulación le desalojase del avión.

En frío y ya sereno, Fernández no dudó en entonar el mea culpa y pedir disculpas a todos por lo ocurrido en sus redes sociales. «Ofrezco una disculpa a la aerolínea y a los pasajeros de mi vuelo; tras un recorrido trasatlántico estaba extremadamente cansado. Nada justifica mis acciones. ¡Les deseo felicidad a todos!», decía.

No le pareció suficiente y escribió un segundo mensaje de disculpa: «Alguna vez escuché que equivocarse es un defecto de todos, pero pedir disculpas una virtud de pocos. Me duele que esto haya pasado, aunque estoy seguro, me llevará por el camino de ser una mejor persona ».

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