Miss Canadá, durante una rueda de prensa
Miss Canadá, durante una rueda de prensa - REUTERS

China veta la entrada de Miss Canadá al concurso de Miss Mundo por sus críticas al régimen

Anastasia Lin no consigue el visado para viajar a la isla china de Hainan, donde se celebra el famoso concurso de belleza

Corresponsal en Pekín Actualizado: Guardar
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Desde que Sofía Mazagatos estuviera en el «candelabro» allá por principios de los 90, el pan no hace más que subir cada vez que hablan algunas «Misses», con frecuencia para corroborar ciertos prejuicios sobre la relación inversamente proporcional entre la inteligencia y el tono platino de su pelo. Rompiendo esos estereotipos, Miss Canadá, la joven de origen chino Anastasia Lin, está provocando un conflicto diplomático por usar su corona no para criticar la caza de las ballenas ni pedir el fin del hambre en el planeta, sino para denunciar la represión del autoritario régimen de Pekín.

Pero su activismo político le está costando la carrera por el título de Miss Mundo, cuyo concurso empezó a celebrarse precisamente este fin de semana en la isla china de Hainan y durará hasta la final del próximo 19 de diciembre.

Como una participante más, hasta allí se dirigía Miss Canadá cuando, el jueves por la noche, se quedó varada en el aeropuerto de Hong Kong, donde las autoridades le impidieron tomar un avión con destino a Sanya, la capital de Hainan.

Lin, que no había podido conseguir el visado para entrar en China antes de emprender el viaje, pretendía acogerse a la norma que permite a los ciudadanos canadienses obtenerlo a su llegada a algunos aeropuertos de este país como el de Sanya, popular destino turístico por sus playas tropicales. Pero las autoridades de Hong Kong, la antigua colonia británica que fue devuelta a China en 1997 y goza de una cierta autonomía, no la dejaron embarcarse en su vuelo.

«Creo que el Gobierno chino está enfadado conmigo porque mi trabajo llama la atención sobre los derechos humanos», explicó el viernes en una rueda de prensa en el aeropuerto de Hong Kong, según informan las agencias internacionales. Y es que Anastasia Lin, nacida en China hace 25 años y afincada en Toronto, se ha destacado en Canadá como una de las voces más críticas contra el régimen chino, al que ha denunciado por su represión política y, sobre todo, por la persecución sobre el ilegalizado culto Falun Gong, al que ella misma pertenece. Además de participar en documentales de denuncia, la joven testificó en julio en un comité del Congreso de Estados Unidos sobre la persecución religiosa en China, donde dijo «hablar por aquellos que son torturados, quemados y electrocutados por aferrarse a sus creencias».

«Sabía que corría el riesgo de que me vetaran, pero no quería renunciar hasta agotar todas mis opciones», reconoció la modelo y actriz, que oficialmente mantiene la candidatura de Miss Canadá al cetro mundial de la belleza incluso aunque no pueda viajar al lugar donde se celebra el certamen.

«No hay respuesta de la Embajada china… Esa es su táctica, dejar que el asunto se olvide», razonó Lin, que aparece arrastrando su maleta plateada por el aeropuerto de Hong Kong en las imágenes distribuidas por las agencias. Además, se quejó de que su padre, que sigue viviendo en China, ha sido presionado por la Policía para que ella abandone su activismo político.

Por su parte, la Embajada china en Ottawa insiste en su negativa a concederle el visado porque es «persona non grata», explicó su portavoz, Yundong Yang, al periódico canadiense Globe and Mail. Comprometida con sus ideales, Anastasia Lin sigue haciendo ruido para participar en Miss Mundo, pero no parece probable que el régimen chino le permita llegar hasta el certamen para impedir que sus críticas políticas estén en el «candelabro».

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