Los casos más recientes de paternidad no reconocida

Esta semana ha generado revuelo la noticia de que el examen de ADN realizado al cadáver de José María Ruiz Mateos ha dado positivo, lo cual confirma el hecho de que es el padre biológico de Adela Montes de Oca.

Cuatro años atrás el juez que lleva la causa había ordenado que el empresario se realizara los correspondientes análisis, a lo que éste había respondido con una negativa, desistiendo de presentarse en las tres ocasiones en las que fue citado.

Pero este no es el primer caso de paternidad no asumida, sino uno más de varios en los que la figura paterna se ha desentendido de sus hijos.

A principio de este mismo mes, un análisis de ADN confirmaba también que Rosario Bermudo es hija del marido de la duquesa de Medina Sidonia.

A partir de ese momento, la mujer sevillana está habilitada para reclamar la portación del apellido González de Gregorio y, por supuesto, la jugosa herencia que le corresponde de su padre.

Cinco años más tarde de haber iniciado la batalla legal para ser admitida como hija de Leoncio González de Gregorio y Marti, un informe del Instituto Nacinal de Toxicología le daba la razón.

Un tercer caso, que también ha resonado mucho este año, involucra a «El Cordobés» Manuel Benítez. En este caso, la sentencia confirmatoria de que Manuel Díaz era hijo suyo, llevó a su mujer a poner fin a su matrimonio.

Una vez que los resultados del ADN tomaron conocimiento público, el torero reconoció a Díaz.

Otro ejemplo de paternidad no reconocida es el de Pepe Navarro, cuya paternidad sobre AlejandroReyes ha sido determinada por una sentencia de junio de 2010.

Como no se presentado a las citaciones del juez, la sentencia que tenía se convirtió en firme.